Beñat Zaldua
Barcelona

David contra Goliat

No es fácil romper la barrera informativa construida por una empresa que en el año 2010 fue la que más dinero invirtió en publicidad en todo el Estado. Pese a ello, la brecha ha empezado a abrirse, gracias en buena parte a la solidaridad activada a través de las redes y los movimientos sociales.

Laurentino y Alberto, dos de los huelguistas, en la sede de Telefónica en Barcelona. (huelgadehambreentelefonica.blogspot.com.es)
Laurentino y Alberto, dos de los huelguistas, en la sede de Telefónica en Barcelona. (huelgadehambreentelefonica.blogspot.com.es)

El pasado 11 de noviembre, la periodista Lali Sandiumenge publicó un post en su blog de ‘La Vanguardia’ en el que informaba sobre la decisión de Marcos Andrés Armenteros y sus compañeros de iniciar una huelga de hambre para exigir a Telefónica su readmisión. Acto seguido, y según explicó la propia periodista, la dirección del diario se puso en contacto con ella para explicarle, «con franqueza», que eliminaría dicho post.

Después del revuelo causado por la censura, actualmente se puede consultar el post en la propia web de ‘La Vanguardia’ pero, en cualquier caso, es un claro ejemplo de los largos tentáculos que tiene Telefónica, una empresa capaz de comprar el silencio gracias a los 130 millones de euros anuales que invierte en publicidad. Según la base de datos sobre publicidad InfoAdex, en el año 2010 Telefónica fue la compañía que más dinero se gastó en publicidad en todo el Estado.

Razón que podría explicar el silencio de la mayoría de medios de comunicación durante las dos primeras semanas de huelga de hambre. Sin embargo, una brecha se va abriendo en el mutismo oficial y, a lo largo de esta última semana, han sido varios los medios de comunicación catalanes y estatales que han empezado a informar tímidamente sobre la protesta.

Pero no es tarea fácil. Durante unos cuantos días, algunos de los huelguistas se han trasladado durante el día a las oficinas centrales de Telefónica en Barcelona, con la esperanza de reunirse con algún dirigente o con personal de recursos humanos. Lejos de conseguir la entrevista, los agentes de seguridad privada han sido los únicos interlocutores que han encontrado los huelguistas, agentes que se han limitado a denegarles la entrada al edificio y a tenerlos arrinconados en la entrada.

David no está solo

Frente al mutismo de la empresa y las resistencias de los medios tradicionales, a lo largo de la huelga de hambre se ha generado todo un sistema de comunicación alternativo basado en las redes sociales, despertando el interés y la solidaridad por la protesta tanto en Barcelona como en el resto del Estado y en países latinoamericanos, donde Telefónica tiene una gran implantación.

Los movimientos sociales y varias fuerzas de izquierda se han volcado también con los trabajadores de Telefónica. Así, los huelguistas han recibido las visitas, entre otros, del diputado de Amaiur Sabino Cuadra, del candidato de la CUP-AE David Fernández, del portavoz del SAT Diego Cañamero y de líderes de Izquierda Unida e ICV-EUiA como Cayo Lara o Joan Herrera. De la misma manera, infinidad de movimientos sociales han mostrado su solidaridad con la huelga promoviendo todo tipo de actos y acciones.