Derechos históricos, Estatuto de Autonomía, Constitución española... Iñigo Urkullu trata de explicar en una entrevista ofrecida al Grupo Vocento el análisis de la situación y su apuesta de futuro. Una explicación bastante compleja en base al propio argumentario de Urkullu.

Al igual que hizo en el Pleno de Política General del Parlamento de Gasteiz, Urkullu afirma que es «el pueblo vasco el que se constituye en comunidad autónoma» y que ello, «llevado al extremo», supone «un ejercicio de libre adhesión desde un planteamiento de unión voluntaria».

La propia periodista se extreña con el argumento del lehendakari de la CAV, «llama la atención que un nacionalista hable de unión y no de separación. Es novedoso». Urkullu apela, entonces, «no a la unidad impuesta que refleja la Constitución sino a la unión voluntaria». Explica a continuación que «si no podemos salirnos de la Constitución española (...) plantéese la unión voluntaria desde la libre adhesión». Concluye su argumento diciendo que «plantéese la pregunta de si los vascos quieren seguir unidos al Estado español, no si queremos independizarnos».

La redactora insiste –«o sea, al revés»–, a lo que Urkullu responde que «es un camino de defensa del autogobierno», que pretende dar «cauce a que los vascos puedan expresarse sobre su futuro», aunque a continuación afirma que lo está planteando «desde la unión en el Estado español».

«Se puede generar frustración en la sociedad»

Quizás se comprenda mejor el alegato de Urkullu al observar las respuestas ofrecidas sobre si es el momento de ejercer el derecho a decidir. Le preguntan sobre si el PNV «acertó al elegir el camino de la moderación», a lo que Urkullu responde que son «radicales» en sus «principios», pero «siendo conscientes del momento y el contexto en que vivimos».

Preguntado si esa postura es consecuencia de lo ocurrido con la propuesta liderada por Juan José Ibarretxe, Urkullu esponde que él mismo fue «partícipe de las decisiones que se adoptaron en su momento», pero que «el liderazgo también se basa en saber gestionar los tiempos». Por ello, dice que le preocupa que »determinadas acciones políticas en base a deseos, aspiraciones o ilusiones nos hagan ir por delante del tiempo que nos corresponde gestionar». Preguntado si «está previniendo contra algo», responde que «se puede generar frustración en la sociedad».