Hace siete meses, Pablo Iglesias se presentaba en el Congreso tras reunirse con Felipe de Borbón arropado por su equipo y lanzando un órdago a Pedro Sánchez, que en aquel momento mantenía su encuentro con el jefe de Estado. Cuatro citas en Zarzuela después, el líder de Unidos Podemos insiste en su mensaje principal: el PSOE tiene que elegir entre un Gobierno «progresista» o sostenter un Ejecutivo del PP. Ha cambiado el «atrezzo» pero el mensaje sigue siendo el mismo. La gran diferencia está en que las desavenencias con Ferraz han marcado la relación. E Iglesias cree que, si se fuerza el bloqueo, Ciudadanos terminará cambiando su abstención por un «sí» al presidente en funciones y Sánchez tendrá la «excusa» perfecta para dejar hacer a un Ejecutivo de PP y Ciudadanos. 

«Sospecho que es posible que Rajoy no solicite al rey ser propuesto. Creo que va a pasar esto. Esto abriría un escenario complicado ya que el PSOE ha dicho que no puede plantear una alternativa. Estaríamos ante un bloqueo sin precedentes», ha planteado. En su opinión, hay dos elementos que dificultan el pacto entre PSOE y Unidos Podemos. El primero, las propias reticencias en Ferraz –«son ellos los que no quieren gobernar con nosotros», ha argumentado–. El segundo, que ese acuerdo necesitaría del concurso del independentismo catalán. «Después de lo ocurrido ayer en el Parlament, está más difícil», ha señalado, en referencia a la aprobación de las conclusiones de la comisión de Proceso Constituyente. 

No se ha mojado a la hora de valorar qué es «lo que pasó» en Catalunya y ha insistido en que defiende el referéndum, aunque tampoco se ha desmarcado de la previsible ofensiva judicial que desarrollará el Estado contra lo aprobado por el Parlament. Ha insistido en que la elección de Xavi Domènech como presidente del Congreso español hubiese habierto una etapa de diálogo entre Madrid y Barcelona. Agua pasada no mueve molino, pero teniendo en cuenta que su actitud dejaba entrever que tira la toalla de un pacto «progresista», había que buscar explicaciones.

«Los números siguen dando», ha insistido Iglesias, aunque sin mucha convicción. Después del líder de Unidos Podemos será Pedro Sánchez el que comparezca en el Congreso. El último en hablar, tras cerrar la ronda de contactos con Felipe de Borbón, será Mariano Rajoy. Y seguimos sin saber si se propondrá un candidato o se mantendrá el bloqueo.