En un momento en que la amenaza del inicio de las obras de construcción de la incineradora de Zubieta está a la vuelta de la esquina, ha sido el movimiento anti-incineración de Gipuzkoa quien ha salido a la palestra para reiterar su alternativa. La defenderán en la calle con una manifestación el sábado 25 a las 17.00 desde el estadio de Anoeta, en Donostia.
José Mari Irazusta y María Luisa Sánchez han remarcado que, frente a las actuales casi 200.000 toneladas de basura que se pretenden quemar en Zubieta, es factible «reducirlas a 50.000 en un breve espacio de tiempo y de modo muy fácil», con mejoras en la recogida selectiva que han por pormenorizado ámbito a ámbito. «Es inaceptable que mientras algunas personas y municipios generan 50 kilos por habitante/año, otros continúen generando 250 e incluso 300. No es lógico. Y no es justo», subrayan.
Una vez llegado a ese volumen de fracción rechazo, apuestan por un Tratamiento Mecánico y Biológico (TMB) en una planta especializada. Y recuerda que «no costaría más de 70 millones de euros, muchos menos que los 212 que costará simplemente la construcción de la incineradora de Zubieta» (y que se elevarán a cerca de 1.000 con el sistema de concesión hasta 2050 que ha aprobado la Diputación):
Sánchez e Irazusta han añadido el dato de que la incineradora de Zubieta no haría desaparecer las 150.000-200.000 toneladas que plantea tratar, sino que se generarían 50.000 toneladas de cenizas y escorias tóxicas que deberán ir a parar a vertederos, «una triste lección que están aprendiendo actualmente en Bizkaia». Es decir, tanto como el volumen de fracción rechazo que estiman posible con una recogida selectiva eficaz y seria y que luego serían convertidas en menos de 25.000 «inertizadas».