Se trata, según ha informado el citado cuerpo, de una práctica frecuente que se está detectando en diferentes carreteras de Nafarroa y entre conductores estatales y extranjeros.
Estos controles novedosos, de los que son pioneros los policías forales adscritos al Grupo de Transportes, persiguen detectar estas infracciones, que conllevan la inmovilización del vehículo, traslado a taller especializado, reparación y propuesta de una importante sanción económica.
Además se crean a corto plazo problemas con la carga y su destino, ya que se pierde un tiempo que en muchos casos es fundamental para atender al cliente del transporte, mientras que a largo plazo los perjuicios son medio ambientales.
Así, el control de emisión de gases se implantó en la Comunidad Europea tras el Protocolo de Kioto, con el fin de reducir la emisión a la atmósfera de óxidos de nitrógeno por parte de los motores diesel. Se consigue utilizando un líquido reactivo químico (AdBlue) que limita la emisión a la atmósfera de óxidos de nitrógeno perjudiciales para la salud.
La utilización del AdBlue en vehículos pesados se hizo imperativa, estableciendo la normativa la obligación de incorporar sistemas que no permitan el arranque del motor si el vehículo no dispone del aditivo.
Actualmente también existen turismos que están incorporando a sus motores esta obligación anticontaminante, según las mismas fuentes.
Para el transportista, no utilizar AdBlue supone un ahorro económico, pero a costa de emitir una mayor toxicidad de gases a la atmósfera que la permitida por la norma EURO IV (camión verde más seguro).