El acto, convocado bajo el lema «Sí al tren, no al TAV. ¿Dónde está la participación?», estos colectivos han denunciado «que este proyecto supone un enorme gasto», primero en su construcción -«solo en el tramo que contempla el convenio supone casi 1.000 millones de euros»– y luego en su mantenimiento, ya que «los ingresos por su uso no cubren los gastos de explotación» y «estas líneas necesitan ser subvencionadas continuamente con dinero público».  

También han destacado su impacto medioambiental –«ocupación de terrenos, efecto barrera, destrucción de hábitats…»–, y la consolidación de «un modelo que solo pretende conectar las grandes ciudades», dejando sin servicio ferroviario a numerosos municipios.

En el manifiesto al que han dado lectura han recordado que «el Gobierno del cambio y los partidos que lo han apoyado lograron su éxito electoral enarbolando valores como participación, debate social, transparencia», pero han criticado que «en el caso del TAV todo el proceso ha sido y es justamente lo contrario, una negociación entre Manu Aierdi y el ministro de Fomento, y una declaración institucional en el Parlamento a favor de firmar un convenio».

Frente a ello, consideran «imprescindible estudiar seriamente las posibilidades que ofrece la línea férrea existente y las mejoras necesarias para que se adecúe a las necesidades de la situación actual», y recuerdan por ejemplo el antiguo plan para desdoblar la vía entre Castejón y Altsasu. «La nueva vía paralela se construiría aprovechando tanto la explanación como los puentes y pasos elevados que en su momento se fueron construyendo dejando libre el espacio necesario para su futura instalación. Invertir en una buena red de tren convencional es una clara alternativa al insostenible modelo de transporte actual», han remarcado.