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Iñurrategi, Vallejo y Zabalza rescatan a un montañero italiano en el Gasherbrum II

Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza, que el pasado fin de semana daban por concluido sin éxito su intento de enlazar las cumbres del G-I y G-II, han rescatado al montañero italiano Valerio Annovazzi, que llevaba cuatro días sin poder moverse del Campo 3 del G-II.

Alberto Iñurrategi sujeta al italiano Valerio Annovazzi durante el descenso. (WOPEAK 2017)
Alberto Iñurrategi sujeta al italiano Valerio Annovazzi durante el descenso. (WOPEAK 2017)

Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza se encontraban en el Campo Base preparando el regreso, tras dar por concluida su expedición, cuando llegó «una expedición comercial» en la que tras hacer cima por la vía normal del Gasherbrum II faltaba el italiano Valerio Annovazzi, según ha informado el equipo de apoyo de los alpinistas vascos.

«Cuando preguntaron por él les dijeron que la última vez que le habían visto fue en el Campo 3, a unos 7.100 metros. Les comentaron que el montañero italiano decía cosas inconexas», señalan las fuentes de la expedición WOPeak17.

Los montañeros pudieron ver la tienda del italiano a través del teleobjetivo de Arkaitz Saiz, el fotógrafo de su expedición, y comprobaron que aún se encontraba en el Campo 3.

Tras concluir que el montañero «estaba con problemas», Iñurrategi, Vallejo y Zabalza decidieron salir en su busca a primera hora del lunes «con la intención de llegar de tirón y alcanzar su posición lo más rápidamente posible». Lograron su objetivo «en aproximadamente 12 horas».

«El montañero italiano, que había hecho cima en el G-II por la ruta normal, estaba deshidratado y tenía síntomas de congelaciones, por las que no se había atrevido a salir, tras haber pasado cuatro días, a sus 59 años, a más de 7.000 metros y sin apenas comer ni beber».

Al llegar a su posición, Iñurrategi, Vallejo y Zabalza «le dieron comida, agua y medicamentos y decidieron bajarle inmediatamente al C-2 (a 6.500 metros), donde durmieron».

Hoy los cuatro han descendido «con Valerio bajando por su propio pie» y turnándonos entre los tres para asegurarle en corto en todo momento. «Ningún helicóptero en estas condiciones climatológicas podía llegar hasta aquí», estima la cordada.

«Para nosotros esto es el ejemplo máximo del alpinismo en el que creemos. Estamos felices porque esta es la mejor de las cimas. La vida es la cumbre más importante. Después del bajonazo de la expedición, estamos tremendamente satisfechos», concluyen los montañeros.