NAIZ
WASHINGTON

Trump dice que no descarta una «opción militar» para Venezuela

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha afirmado que existen «muchas opciones para abordar la situación en Venezuela» y que no descarta la «opción militar» en el país sudamericano, que ha prometido defenderse de lo que ha tildado de acto de «locura extremista» de Washington.

Donald Trump, presidente de EEUU. (Jim WATSON/AFP)
Donald Trump, presidente de EEUU. (Jim WATSON/AFP)

«Tenemos muchas opciones para abordar la situación en Venezuela, incluida una posible opción militar si es necesario», ha dicho Trump, flanqueado por su secretario de Estado, Rex Tillerson; su embajadora ante la ONU, Nikki Haley; y su asesor de seguridad nacional, H. R. McMaster.

«Tenemos tropas por todo el mundo, en lugares muy, muy alejados. Venezuela no está muy lejos y la gente está sufriendo y están muriendo», ha añadido el inquilino de la Casa Blanca, al afirmar que el país caribeño está sumido en un «lío muy peligroso».

Este amago llega apenas días después de que Trump calificase por primera vez al presidente venezolano, Nicolás Maduro, como un «dictador», un movimiento que han seguido otros países como Perú y Colombia.

Aunque Trump llegó a la Casa Blanca con promesas de no intervencionismo, Venezuela ha estado en su punto de mira desde el primer día y ha sido uno de los principales asuntos encima de la mesa en sus conversaciones con mandatarios latinoamericanos.

Asesorado por el senador Marco Rubio, Trump ha instado al Gobierno de Maduro en reiteradas ocasiones a convocar elecciones presidenciales, entre otras demandas.

Trump, de hecho, llegó a recibir en el despacho oval a Lilian Tintori, esposa del opositor Leopoldo López, ahora bajo arresto domiciliario, para el que pidió la libertad.

Esa ofensiva vino de la mano de los esfuerzos en la Organización de Estados Americanos (OEA), con el denominado «grupo de los 14» países que promovieron en el organismo liderado por Luis Almagro aislar a Maduro y con el fin de forzar cambios en Venezuela.

Sin embargo, las presiones de Washington a Caracas aumentaron a medida que se acercaba las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) del 30 de julio, un organismo que Estados Unidos considera «ilegítimo» y que no reconoce.

Pasados los comicios, el Gobierno de Trump impuso tandas de sanciones contra varios funcionarios venezolanos, entre ellos el propio Maduro y Adán Chávez, hermano del fallecido presidente Hugo Chávez.

Con las sanciones a Maduro, Estados Unidos le puso en el mismo saco que al presidente sirio, Bashar al-Assad; el líder norcoreano, Kim Jong-un; y Robert Mugabe, de Zimbabue.

Las sanciones implican la congelación de los activos que puedan tener en Estados Unidos y a Maduro le prohíben la entrada al país.

También después de la Constituyente, Tillerson reconoció que Estados Unidos está «evaluando todas las opciones políticas» para «crear un cambio de condiciones» en Venezuela.

«O bien Maduro decide que no tiene futuro y quiera marcharse por voluntad propia o logramos que el Gobierno revierta sus procesos y regrese a su Constitución», dijo.

El último peldaño hasta la fecha en esta escalada lo ha subido Trump, asegurando en medio de sus vacaciones en Nueva jersey en uno de sus campos de golf que una intervención militar es algo que no descarta.

Poco después del amago de Trump, el Pentágono ha asegurado que no ha recibido instrucción alguna referente a Venezuela.

Las declaraciones de Trump llegan a los dos días de que Maduro afirmase que su país «está listo» para comenzar una «nueva era» de relaciones con el Gobierno de los Estados Unidos basadas en «el respeto» y el «no intervencionismo».

Maduro considera las acciones de Estados Unidos como actos de «intervencionismo imperialista».

En la primera reacción de un funcionario venezolano a las palabras de Trump, el ministro venezolano de Defensa, general Vladimir Padrino López, ha calificado la advertencia de «locura» y «supremo extremismo».