Urtaran ha indicado que entre un 8% y un 10% de la plantilla, formada por unos 400 agentes, está llevando a cabo esta forma de protesta. Ha puesto como ejemplo que un policía que puso 21 multas entre enero y octubre ha impuesto 109 en la primera quincena de noviembre. «Si esto no es una huelga de celo se parece mucho», ha aseverado antes de remarcar que «habrá consecuencias» y que «la mayoría de los agentes sigue actuando con honradez».

El alcalde ha destacado que el Ayuntamiento no tiene potestad para anular multas, una vez impuestas, ya que podría ser considerado delito. «Si hubiera alguna fórmula para dejar sin efecto, lo haríamos, pero no existe cobertura legal para la medida planteada», ha explicado.

Sobre la mesa de negociación están temas como el incremento de la plantilla, una mayor flexibilidad en el calendario y la subida de los salarios, aunque Urtaran ha señalado en tono crítico que «lo único importante parece que es que aprobemos un complemento salarial».