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Rechazan el asilo a un saharaui. Posicionamiento sospechoso de España

España acaba de rechazar el asilo a Hassana Aalia. Hassana es un periodista saharaui. Su país, el Sahara Occidental, es una antigua colonia española, invadida en 1975 sobre todo por Marruecos cuando España salió del territorio, firmando con los dos nuevos colonizadores (Marruecos y Mauritania –que se retiró en 1979) unos acuerdos tripartitos ilegales.

Hassana Aalia es periodista de Équipe Média y activista saharaui por la independencia del Sahara Occidental. Nació en 1989 en El Aaiún ocupada. Se comprometió con la resistencia saharaui desde la Intifada del 21 de mayo de 2005. Ha sido detenido y torturado –sin comparecer ante el juez- en siete ocasiones tras haber participado en manifestaciones pacíficas, la primera vez en 2007 con Mohamed Hali, otro activista que también se ha convertido en corresponsal.

Hassana Aalia es cofundador de Équipe Média, agencia de prensa saharaui creada en 2009 en los territorios ocupados del Sahara Occidental. Al comprobarse la aparición del campamento de Gdeim Izik y que el número de tiendas que se montaban iba en aumento, Équipe Média encargó a Hassana que siguiera los acontecimientos que dieron lugar a la gran manifestación popular que, durante todo el mes de octubre de 2010, aglutinó a 20.000 saharauis en el desierto, cerca de El Aaiún ocupado. Hassana filmó la organización de los saharauis en el campamento, sus reacciones y protestas contra la ocupación marroquí, los movimientos de la policía y los militares marroquíes que rodeaban el campamento, la violencia y las maniobras discriminatorias.

Tras el desmantelamiento del campamento por las autoridades de ocupación, estas procedieron a una gran campaña de detenciones. Más de 300 saharauis fueron detenidos. Hassana fue detenido dos veces en enero 2011. En ambas ocasiones fue puesto en libertad tras dos días de detención, por no poder reunir cargos contra él, a falta de pruebas.

Participó después en el 11 Foro Social Mundial que tuvo lugar del 6 al 11 de febrero de 2011, en Dakar. Y, más tarde, en septiembre, salió de los territorios ocupados con un visado para seguir un curso de perfeccionamiento de la lengua española en el País Vasco, y para participar en coloquios sobre el conflicto del Sahara Occidental.

Fue en esos momentos cuando tuvo conocimiento de que una orden de detención se había emitido contra él por “atentar contra la seguridad interior y exterior del Estado, formación de banda criminal y ataque a los funcionarios públicos en el marco del ejercicio de sus funciones”.

En octubre de 2012, tras haber reunido los documentos necesarios, Hassana solicitó el asilo ante las autoridades españolas en el País Vasco. Está convencido de que volver a su país ocupado para reencontrarse con su familia entraña un riesgo demasiado grande para su vida y su liberad. Teme que le torturen como ocurrió con los demás del grupo con los que ha sido juzgado, y tantos colegas activistas o periodistas, algunos desaparecidos.

Paralelamente, mientras que esperaba la respuesta a su solicitud de asilo, Hassana ha continuado, desde España, a militar y a colaborar como periodista con Équipe Média.

En Marruecos, el 17 de febrero de 2013, el Tribunal Militar le condenó a cadena perpetua sin ninguna prueba que sustentase las acusaciones que se le imputaban. Según Hassana, ha sido condenado como los otros presos del grupo llamado de Gdeim Izik, por sus convicciones políticas, por “ser periodista y activista al servicio de la independencia de su país”.

El viernes 16 de enero de 2015, Hassana recibió una convocatoria de la policía nacional española requiriéndole que se presentase el lunes siguiente, 19 de enero, en la comisaría de San Sebastián. Ahí se le notificó el rechazo a su solicitud de asilo. Su tarjeta de residencia le ha sido confiscada, y las autoridades le han dado un plazo de 15 días para abandonar el territorio español.

Hassana y su abogado ven que el rechazo al asilo por parte de España radica en la calificación de equitativo por parte de España al proceso de los saharauis civiles juzgados y condenados por el Tribunal Militar marroquí tras la manifestación de Gdeim Izik. Esta calificación se opone a los informes de numerosos observadores internacionales, y se produce sin ninguna prueba producida por la acusación.

La asistencia jurídica que rodea a Hassana va a iniciar todas las gestiones posibles para anular el plazo de expulsión de 15 días y poder trabajar en el recurso contra la decisión del ministro del interior ante el Tribunal nacional de solicitud de asilo en los plazos que marca la ley.

Mientras el pueblo español se declara solidario y amigo de los saharauis, apoyándoles intensamente en los campos de refugiados o en otras partes, esta decisión de su gobierno resulta especialmente paradójica.

Équipe Média, El Aaiún Ocupada
23 de enero de 2015