Dueña de una singularidad especial en su propuesta musical, Alt-J se ha convertido en una de las bandas británicas más relevantes de la segunda década del siglo XXI. Su estilo ha sido catalogado como art-electro o math-folk, pero la música que hacen Joe Newman (cantante y guitarrista), Gus Unger-Hamilton (teclista) y Thom Green (batería y programaciones) es tan innovadora y con un sonido muscular tan potente que los convierte en un banda vanguardista dentro de la escena actual. Diez años después de formar el grupo en la universidad de Leeds, se han convertido en un estandarte generacional.

Su carrera está plagada de grandes éxitos. Con el disco de debut ganaron el premio Mercury Prize al mejor álbum, agotaron entradas en el Madison Square Garden de Nueva York, consiguieron ser número uno en Inglaterra e irrumpieron con fuerza en el mercado estadounidense.

El escenario para la grabación de su tercer y nuevo disco volvió a situarles en Londres, donde pasaron los últimos meses del 2016 en un local de ensayo junto con el productor Charlie Andrew, el «cuarto miembro» de Alt-J. Una química especial entre ellos volvió a dar pie para crear “Relaxer”, su nuevo álbum. Desde finales del año pasado y principios de este, el cuarteto se fue moviendo entre el este de Londres, el Iguana Studio de Brixton y The Church, en el norte de la capital británica, para terminar en los legendarios estudios de Abbey Road.

Así regresan tras un descanso de dos años y esta vez traen consigo un tapiz sonoro novedoso, una experiencia auditiva anestésica con momentos donde el folk se une con la electrónica y el rock con los ambientes más pastorales. También encontramos la incursión del grupo en el mundo de la orquestación, donde aparece la London Metropolitan Orchestra fundiéndose con sus canciones y llevando al grupo hacia el territorio de lo cinematográfico pero siempre sonando contemporáneos. El mejor ejemplo son las piezas “Adeline” y la reinterpretación del clásico “House of the Rising Sun”, de Woodie Guthrie, llenas de instrumentación clásica y texturas exuberantes.

Son ocho canciones repartidas en 40 minutos, centradas y concisas que se van expandiendo tanto hacia dentro como hacia fuera. En palabras del propio grupo: «Siempre nos ha gustado que nuestra música sea para ser escuchada con auriculares, que sirva para transmitir nuevas sensaciones. Este álbum va un paso más allá, es un viaje en tu propia mente».

Es una formación que bien podría haber aprovechado su popularidad para hacer un disco mucho más comercial y abierto para conseguir nuevos públicos. En cambio, “Relaxer” es todo lo contrario, es un paso adelante en una carrera que persigue quebrar las melodías fáciles para centrarse en la experimentación y en la tensión de los instrumentos. Crean atmósferas enigmáticas y se balancean en el rock más vanguardista.

CD AIPAGARRIA

Lany

“Lany” • Polydor, 2017 • Pop electrónico

Se habla de la banda sonora del verano para los millennials cuando se presenta el disco de debut del trío de Los Ángeles. En sus canciones la voz está en el primer plano, detrás están los sintetizadores y las melodías de pop electrónico que a ratos remiten a los nuevos románticos de la década de los 80. El nombre de la banda son las iniciales de las dos grandes ciudades estadounidenses, Los Ángeles y New York, son seguidores acérrimos del actor Ryan Gosling y reivindican películas como “Drive” o “The Secret Life of Walter Mitty”. Su debut encierra canciones generacionales sobre el amor, la pérdida y la búsqueda, acercándose sónicamente al r&b y al pop de sintetizadores.