IKER FIDALGO ALDAY
PANORAMIKA

Binomio

El arte contemporáneo es capaz de poner a prueba los mecanismos de nuestra percepción. Alterar nuestro sentir desde las formas, materiales y sensaciones es una herramienta habitual para la consecución de determinados objetivos que rigen la lógica de las piezas a las que nos enfrentamos. Por tanto, nuestra relación con las obras pasa aparentemente por un transitar entre los caminos de lo conceptual y lo formal, lo poético y lo material, lo que se siente y lo que se ve. Aunque, por otro lado, conviene tener en cuenta que esta separación no funciona como una fórmula matemática, cada uno de estos binomios presenta desde su génesis la capacidad de permeabilizarse hasta difuminar las fronteras de los elementos que lo conforman y es en ese espacio de fricción donde el arte desarrolla su fortaleza. Un lugar en el que lo conceptual y lo matérico se conjugan en una relación de interdependencia que asume la responsabilidad de interpelar a la mirada visitante.

En este sentido, Aldama Fabre Gallery de Bilbo alberga hasta el 29 de julio lo que supone la primera presentación internacional de Alexander Duncan (Swansea, 1985). “Blow in” funciona como una instalación que se apodera del sugerente espacio situado en la plaza de los Tres Pilares. En un primer vistazo varias tablas de natación (o salvavidas) nos trasladan a una escena relacionada con el mar. Los corchos de colores aparecen arañados, hendidos con dibujos infantiles e incluso rotos por un uso que es realmente un engaño, pues la vida de estos objetos es inducida por las manos del artista y el material, contra toda opción de flotabilidad, es cemento. Esta contraposición aparece de nuevo en unos pequeños tapones utilizados para nadar. Lo que aparenta ser un residuo encontrado a la orilla de la playa, es realmente una delicada talla sobre hueso de ballena, gesto que aparece también en un pequeño pez que aparenta ser una botellita de plástico para salsa de soja y es, sin embargo, un trabajo escultórico realizado a partir de la técnica japonesa netsuke. Esta delicadeza resurge en una pieza de pared que recrea una onda infinita creada sobre el agua y que se integra en la pulcritud cromática de la sala. Todos estos trabajos hacen de la exposición un desafío perceptivo que requiere de un estado de alerta para su disfrute, pues tras la aparente amabilidad de cada elemento emergen importantes cuestiones que nos llevan a una reflexión sobre nuestra relación con nuestro entorno, la memoria de los objetivos, los deshechos y las capacidades de nuestros sentidos.

La segunda edición del proyecto Harriak de Eremuak sigue con su programación concebida para este año 2017 con la exposición “Después de la poesía” que se extiende hasta el 30 de este mes. El espacio ARENATZarte de Gueñes es de nuevo escenario de esta iniciativa que pretende divulgar la creación artística de Euskal Herria a través de la habilitación de nuevos espacios para el arte contemporáneo. Oihane Sánchez (Sestao, 1991), Abel Jaramillo (Badajoz, 1993), Mawatres (Madrid, 1986) y Helena Goñi (Bilbo, 1990) son el cuarteto protagonista de esta muestra colectiva que se materializa como una instalación conjunta en la que cada una de las creaciones interactúa con el resto. Los condicionantes propios de la arquitectura de la sala provocan una convivencia inevitable que la propia propuesta intenta aprovechar. El título alude a un instante concreto, a un momento pasado que el artificio del arte insiste en recuperar y es a la vez una pregunta directa respecto al papel de la creación contemporánea como una lucha política que hace de la cotidianeidad su espacio de acción.