KOLDO LANDALUZE
CINE

«Handia»

La inclusión de la película “Handia” dentro de la Sección Oficial a competición de la próxima edición de Zinemaldia refuerza el interés que ha despertado la última creación de Jon Garaño y Aitor Arregi. Si bien el primer título que nos viene a la memoria en cuanto escuchamos el título “Handia” –se confirma que el provisional “Aundiya” ha sido desechado– es la referencial “Loreak”, cabría matizar que el principal epicentro de esta nueva apuesta por el cine en euskara surge de la factoría Moriarti Produkzioak, respaldada por Irusoin. En aquella ocasión Jon Garaño compartió la dirección junto a Jose Mari Goenaga, y Aitor Arregi participó en la redacción del guion y en la producción ejecutiva. Esta vez las tornas han cambiado y ha sido Arregi quien –junto a Garaño– asume la co-dirección del filme siendo Goenaga quien ha participado en el engranaje argumental.

Este baile de nombres y posiciones no es más que un ejemplo claro de la excelente química y plena compenetración de un equipo creativo que, más allá de potenciar los nombres, ha apostado por volcar todos sus esfuerzos en el buen acabado del producto. “Handia” no es un proyecto nuevo. Jon Garaño ha explicado que la idea estuvo ahí desde hace años, pero en su origen parecía destinada al público infantil –quizás porque la historia de “El gigante de Altzo” ya había inspirado la opera de títeres “Altzoko Haundia”– y por ello se pensó inicialmente en un largometraje de animación. Finalmente, y visto que la crónica del gigante Migel Joakin Eleizegi funcionaba dentro de los parámetros del drama con personajes reales, se optó por iniciar esta auténtica odisea fílmica que ha transcurrido por los paisajes de Artikutza, Beizama, Bilbo, Leioa, Durango, Irun, Hondarribia, Donostia, Biarritz, Baiona, Zestoa, Tolosa, Zerain, Ezkio-Itsaso, Altzo, Zumaia y Zarautz. Incluso la etapa relativa al periplo londinense del protagonista se recreó en un escenario de nieve artificial en pleno Bilbo y con el obligado refuerzo técnico de las "pantallas verdes".

Ramon Agirre, Joseba Usabiaga, Aia Kruse, Iñigo Aranburu e Iñigo Azpitarte forman parte de un reparto en el que destaca el rol del actor durangotarra Eneko Sagardoy el cual, con la ayuda de Saad Kaiche, un argelino de 2,32 metros, se mete en la piel de un Migel Joakin Eleizegi cuya vida ha inspirado todo tipo de conjeturas. El propio Garaño ha afirmado que a la hora de desarrollar el argumento han apostado por conjugar lo supuestamente real y la ficción para enriquecer la historia de un hombre que, si bien fue exhibido por toda Europa como un fenómeno de feria y visitó algunas de las principales cortes de la época, no puede ser tomado como el caso del británico John Merrick, y por ello no querían seguir una estela tan trágica y sobrecogedora como la que David Lynch plasmó en “El hombre elefante”.

En cuanto a lo poco que se sabe del guion, el filme arranca con el final de la primera carlistada y el regreso a su caserío natal de un combatiente que descubrirá con sorpresa que su hermano menor ha crecido de una manera descomunal. A partir de este reencuentro se inicia un viaje compartido por dos hermanos que determinará el carácter de cada uno y en el que la ambición y el desencanto adquirirán una gran relevancia. Finalmente, cabe recordar que dentro del apartado técnico hay que tener presente a uno de los autores del filme, Aitor Arregi, el cual logró unos excelentes resultados en el documental “Lucio” cuando se sirvió de técnicas infográficas para “colocar” el rostro del propio Lucio Urtubia rejuvenecido en la fisonomía de un actor y poder recrear de esta manera los pasajes del pasado que vivió el conocido anarquista navarro. Para completar esta interconexión creativa, topamos con la banda sonora de Pascal Gaigne, un músico unido a la carrera de Garaño y Arregi.