MIKEL INSAUSTI
CINE

«Annihilation»

Conviene seguir muy de cerca a Alex Garland, porque el británico es ahora mismo uno de los autores de ciencia-ficción más interesantes. Se dio a conocer por sus colaboraciones con Danny Boyle en “La playa” (2000), “28 días después” (2002) y “Sunshine” (2007). Después de estas historias originales, se mostró también como un gran adaptador al hacer una versión futurista de una novela de Kazuo Ishiguro en “Nunca me abandones” (2010), o mejorar la película de partida en el remake de “Dredd” (2012). El estudio Microsoft le compró por un millón de dólares el guion de la versión cinematográfica de su videojuego “Halo”, que iba a ser producida por Peter Jackson y dirigida por Neill Blomkamp. Como quiera que el ambicioso proyecto está paralizado, Garland ha tenido tiempo para ir desarrollando su carrera autoral, pasando a dirigir personalmente sus propios guiones. Con su ópera prima “Ex Machina” (2015) consiguió una nominación al Óscar de Mejor Guion, pero la película se llevó finalmente una estatuilla en la categoría de Mejor Efectos Visuales.

Además de aportar su visión personal al futuro de la robótica y sus posibles consecuencias para la especie humana, Garland puso de relieve con su primer largometraje una gran capacidad imaginativa para sacar el máximo partido a un presupuesto limitado, y el resultado fue tan aparente que casi triplica en la taquilla la inversión de 15 millones de dólares. Con “Annihilation” vuelve a jugar las mismas bazas, confiando de nuevo en su equipo técnico y parte del reparto. La fotografía vuelve a estar a cargo de Rob Hardy quien, en esta ocasión, convierte unas localizaciones inglesas en la selva misteriosa del referente literario, debido a que a última hora se desestimó el rodaje en Florida por las complicaciones logísticas que podía acarrear. Y si de atmósfera de misterio hay que hablar, otro elemento fundamental es la música de Geoff Barrow, del grupo Portishead, otra vez asociado en la composición con Ben Salisbury. El hecho de que detrás de la producción se encuentre Scott Rudin tal vez signifique un incremento presupuestario, si bien son detalles que no han trascendido a consecuencia del secretismo que rodea a la película.

Dicho hermetismo resulta lógico, puesto que hay que tener en cuenta que Garland ha adaptado el primer libro de la trilogía “Southern Reach” o “Área X”, escrita por Jeff Vandermeer, y las incógnitas que plantea no se van resolviendo hasta la segunda y tercera entregas, editadas por Destino con los títulos de “Autoridad” y “Aceptación”. La película, en su estreno en nuestras salas del próximo 23 de febrero, mantendrá el homónimo de la novela, que es el de “Aniquilación”. La dificultad para su traslado al lenguaje fílmico proviene de que está narrada en primera persona por la protagonista, una bióloga a la que en la pantalla encarna Natalia Portman, y que lidera la expedición número 12 a esa zona restringida, porque en la número 11 desapareció su marido, al que da vida Oscar Isaac.

El equipo expedicionario, compuesto en el original literario por cuatro mujeres, en la película se convierte en quinteto. Además de la bióloga Natalie Portman, están la sicóloga Jennifer Jason Leigh, la antropóloga Gina Rodriguez, la topógrafa Tessa Thompson y la lingüista Tuva Novotny. Su trabajo como científicas consistirá en cartografiar el terreno y obtener muestras para ser estudiadas en los laboratorios instalados fuera del perímetro de seguridad que aísla esa zona de desastre ambiental, tomada por la naturaleza salvaje sin orden ni concierto, al alterarse las leyes de la física.

Se da la circunstancia de que las anteriores incursiones fueron sendos fracasos, pues cuando no acabaron en suicidio colectivo sucumbieron por enfrentamientos a muerte entre sus miembros o, en el mejor de los casos, éstos regresaron con sus facultades anuladas.