GOTZON URIBE
MUSICA

Melanie De Biasio

Es una experiencia singular sumergirse en “Lilies”, el tercer y nuevo álbum de la cantante belga Melanie De Biasio. En él se pueden escuchar los ecos del blues del siglo XXI de Portishead –bello y existencial–, el hechizante y panorámico sonido de Mark Hollis, de Talk Talk –referencia para De Biasio– e incluso el bullicio del “Sinnerman”, de Nina Simone. Es una colección de canciones sombría e inquietante. La música que fluye de los labios de De Biasio y crepita en las puntas de sus dedos le resulta natural y orgánica. Desde jovencita sintió que le ayudaba a “conectarse”, a evadir pensamientos negativos y a compartir experiencias con otros músicos a la hora de tocar en diferentes grupos.

A la edad de 12 años se unió al Ensamble de l’Harmonie de Charleroi, a la vez que estudiaba canto en el Royal Conservatory de Bruselas. Tras graduarse, emprendió una gira de un mes por Rusia con un grupo de jazz punk, hasta que la rutina y las malas condiciones en muchos sitios donde actuaban se apoderaron de ella. Sufrió una grave infección pulmonar en Moscú, pero siguió adelante. Al regresar a casa, su médico le aconsejó que estuviese un año sin ejercitar su voz; de hecho, no estaba claro si podría volver a cantar.

Llegados a este punto, son muchos los que abandonan su carrera musical, pero en la adversidad encontró la fuerza para salir adelante y, con ayuda médica y largas sesiones de rehabilitación, fue reconstruyendo su voz. Aprendió a cantar de una manera diferente y a respirar de otra manera y, de alguna manera, perder su voz le dio la oportunidad de descubrir su relación con el silencio. Esa experiencia fue un renacimiento para ella. Tras su recuperación, ofreció un concierto y una discográfica se interesó en publicar su disco de debut. Su reconocimiento de una forma más popular vino gracias al disco “No Deal”, publicado en el 2013. Era un álbum de canciones de jazz noir ardientes, donde aparecían paisajes sonoros oscuros y expansivos acompañados de piano, sintetizador y batería. A menudo es comparada con Nina Simone, a pesar de la naturaleza tan diferente de sus respectivas voces, pero lo que les une es una fuerza interior que se puede comprobar en la forma en que cantan.

El camino que ha recorrido en los últimos años le ha llevado a publicar un álbum sin concesiones trazando su mejor trabajo hasta la fecha: un disco que crece en los pequeños detalles, se centra en los espacios que generan las notas, en el minimalismo más meditativo e incluso en una forma de creatividad algo caleidoscópica. Juega con la oscuridad, pero también con el sentido de la luminosidad. Sus canciones se abrazan a la franqueza de sus textos y busca, mediante su sinceridad creativa, el lado más emocional trazando una imaginaria línea entre Billie Holiday y Portishead, donde se sitúa ella.

 

 

Wesley Fuller

“Inner City Dream”
1965 records, 2017
Rock

Armado con su fiel Gibson Flying V blanca, Wesley Fuller, nacido en Perth y asentado en Melbourne, presenta su álbum debut a través del sello británico 1965 Records. “Inner City Dream” es un disco cargado de doce canciones de rock psicodélico, pop y ramalazos de música glam. Sirven para mostrar la ampliada paleta sonora de Fuller y su progresión como compositor y productor. Se ha alimentado del rock glam de los 70 y de canciones de pop luminoso, pero fue en los bares situados en la zona rockera de la ciudad de Melbourne donde encontró su fascinación por las formas polirítmicas de Talking Heads durante su época de finales de los 70 y 80. El grupo, su sonido y su carácter inspiraron a Fuller a crear melodías propias que dan una nueva vuelta al rock australiano.