Pablo CABEZA
BILBO

Músicos veteranos en latencia que vuelven a la actualidad

Se nace músico, nunca falta un sonajero, pero se pierde la inquietud sin saber si es por los padres o por desavenencias internas del nacido. Con el tiempo, regresan, o no, los deseos de ser aquel músico tempranero. Aquí va una colección de veteranos sin ganas de dejarlo.

En la música raro es el implicado que se jubila a una edad razonable o incluso prejubila, al menos si se tiene un relativo éxito, incluso si es local. Tampoco es extraño que nombres significativos retomen el camino, bien por mono, de necesidad casual o «por un puñado de dólares», por ponernos fílmicos.

Graham Parker tiene 64 años. Lleva en la música, estadio profesional, desde 1970. Del 76 al 80 grabó unos cuantos discos junto a The Rumour que dejaron excelentes apreciaciones. Se mezcló con la new wave, el punk y el pub-rock. Siguió carrera en solitario y hace tres años retomó su historia junto a The Rumour. El londinense tendrá en la calle el próximo 19 de mayo “Mystery glue”, que ya hemos podido escuchar. Parker, con los miembros originales de sus Rumour persiste en tonos de new wave y pub rock. Melodías de ritmos medios, excelentes composiciones y peso del piano como instrumento de apoyo. Es grande, aunque parezca pequeño y su regreso es aire tan puro como el de hace 500 años. El álbum se grabó tan solo en seis días. Otra lección y Springsteen dijo de él: «Este tío combina lo mejor de Van Morrison, Eric Burdon y John Lennon… Es el único por el que pagaría dinero para ver en directo». Exagerado, pero sentido.

Pocos se acordarán, o quizá un buen puñado, de un guitarra tan admirable como Robin Trower. A primeros de los setenta estuvo con los legendarios Procol Harum, para iniciar carrera en solitario en el 73. Lleva en estudio 20 discos y más de una decena en directo. Con un estilo deudor de Jimmi Hendrix, pero más suave, Trower es novedad con “Something's about to change”, un álbum de fino blues-rock sin desviaciones. Su voz es más tenue, pero su guitarra suena espléndida, repleta de riffs delicados y de buen gusto.

Chicago Transit Authority son desde hace muchos años simplemente Chicago. Se forma a finales de la década de los sesenta. Durante su primer lustro consigue un éxito deslumbrante. Su mezcla de rock y jazz suena novedoso. Con el paso del tiempo, su inclinación deriva hacia el soft-rock con apuntes jazzeros y melodías, en muchas ocasiones, empalagosas. “Now” es su álbum 36 y lo han titulado a su estilo, “XXXVI”. No emocionan ni levantan las uñas de la carne. Suenan perfectos, siguen con sus melodías de caramelo, algún solo de guitarra temperamental y sus clásicos vientos. Sí, es más de lo mismo, muy correcto, pero, si cabe y en cierto modo, soporífero.

Los alemanes Scorpions llevan en activo 50 años, aunque discográficamente debutan en 1972 con “Lonesome crow”, que adoramos. Su álbum número 19 se titula “Return to forever”. Lo mejor son un par de baladas, el resto es decepcionante. Cuesta entender por qué siguen, pero ahí está Klaus Meine, que a sus 67 años, los cumplirá en mayo, mantiene una voz inexplicablemente tersa. Disco ramplón, en cualquier caso.

Los californianos Toto se dieron a conocer a finales de los setenta con bastante éxito. Se les dejó de seguir, pero ahí están capitaneados por Steve Lukhater. Se han incorporado a la escena con “XIV”. Hard-rock, rock, puntos de progresivo y bastante previsibilidad. Destaca un temazo como “Burn”, pero poco más, dentro de su perfección armónica e instrumental.

Kansas sigue en activo, los de “Polvo en el viento”. Continúan vivos y “Miracles out of nowhere” es el disco que celebra un extenso y curioso documental en DVD con su agitada vida.

Fairport Convention lo fueron todo en el folk-rock de los sesenta y setenta. Regresa con “Myths and heroes”, seria decepción.