Amaia U. LASAGABASTER
EIBAR

Un día para la historia

El Eibar quiere completar su trienio mágico celebrando la permanencia en Primera División. El equipo azulgrana está obligadoa ganar y debe esperar además el tropiezo de alguno de sus rivales para asegurarse una segunda temporada en la elite.

Ha llegado el día. Nueve meses después de que arrancara su aventura en Primera, el Eibar tiene en sus manos la posibilidad de prolongar el sueño. De culminar un trienio mágico, en el que ha enlazado dos ascensos consecutivos y que puede redondear con un reto incluso más complicado, asegurarse una segunda temporada en la elite del fútbol.

La oportunidad de añadir otra fecha a ese 24 de agosto de 2014 en el que se estrenó en Primera derrotando a la Real o a aquel 25 de mayo de 2014 en el que convirtió lo imposible en la realidad. Pero también al 30 de junio del año anterior, cuando regresaba a Segunda tras un largo periplo por el infierno o al 24 de junio de 2007 o al 20 de junio de 1999... O al 1 de enero de 1940, la primera piedra de una historia repleta de momentos inolvidables, por felices o por dolorosos, que, con otros nombres y en otras circunstancias, han conducido al Eibar hasta el día de hoy. Hasta este 23 de mayo en el que quiere volver a celebrar un éxito impensable. Porque lo es, sin duda, que el equipo más modesto de la categoría siga defendiendo esa etiqueta un año más.

No es poco, de hecho, que llegue vivo a la última jornada. Que despida el curso con una final. Que sea dueño de su destino. Al menos hasta cierto punto porque, lamentablemente, los azulgranas no dependen exclusivamente de lo que suceda en Ipurua. Sí para mal: si empatan o pierden, el año que viene estarán en Segunda. Si ganan, sus posibilidades de éxito serán muchas, aunque no todas. Necesitarán el tropiezo de uno o varios de sus rivales (Deportivo, Granada, Almería), cuyos partidos ofrecen numerosas combinaciones, la mayoría favorables para los armeros.

Habrá transistores, redes sociales y calculadoras en Ipurua. Pero, sobre todo, habrá un partido. Primera condición del éxito y la única, de hecho, que está e manos del Eibar. «Nuestras cuentas son fáciles, solo nos vale ganar, así que no debemos mirar a ningún campo. Está claro que luego nos tiene que acompañar algún otro resultado, pero nuestra cabeza debe estar en este partido, que es el último, un cara o cruz, vivir o morir»

Un partido «para valientes, para sacar lo que llevas dentro, para dar lo mejor de tí». Sin dejarse llevar por el «drama», porque «lo más importante es que jueguen al fútbol. En estos partidos tan dramáticos te olvidas de lo importante que es jugar, si piensas que es un drama te bloqueas. Hay que ser natural, jugar al fútbol, crear, atreverte».

Transformar responsabilidad y tensión en ilusión por prolongar un sueño y protagonizar un recuerdo imborrable. «Cuando te haces entrenador es para vivir días así», asegura Garitano, al que ya le gustaba disputar «estos partidos cuando era jugador. Es una experiencia fuerte y bonita. Serán noventa minutos largos, de mucha tensión, pero cuando eres jugador deseas vivir momentos como éstos. Los mejores recuerdos de mi carrera los tengo de momentos así. Sabemos que puede salir mal, pero también que puede salir algo muy grande».

El fútbol será importante para afrontar esta final ante el Córdoba –que llega descendido, sin muchos de sus jugadores habituales y envuelto en rumores sobre maletines y presiones– pero, en estas circunstancias, también lo serán el corazón y la implicación. Y por eso es probable que Gaizka Garitano recurra, en la medida de lo posible, a su bloque de máxima confianza. Cuenta para ello con el regreso de Dani García, que estará acompañado de buena parte de los futbolistas con los que ha compartido las alegrías de estos tres años y con los que intentará celebrar una más.

El campo y las calles, a tope

Ipurua registrará hoy la mejor entrada de la temporada. Todas las entradas puestas a la venta se agotaron y los pocos abonados que no pueden acudir al estadio han puesto sus localidades a disposición del club, con lo que se superarán los 6.000 espectadores.

La afición azulgrana quiere vivir otro día inolvidable. El final feliz está en manos del equipo, aunque la hinchada quiere poner de su parte. En la grada y también en las horas previas. La peña Eskozia la Brava ha organizado una serie de actos, que arrancarán a las diez de la mañana y que se desarrollarán a lo largo de toda la jornada. Concentración de peñas y aficionados, txozna, degustación de repostería, txikiteo, kalejira...

Además, desde el club se hace un llamamiento para recibir al equipo. La plantilla comerá junta para trasladarse después a Eibar en autobús. Tras pasar por el centro de la localidad, llegará a Ipurua alrededor de las cinco. A.U.L.