Txisko FERNÁNDEZ
DONOSTIA

Grecia mantiene un pulso desigual en la negociación con los acreedores

Aunque la reapertura de la Bolsa de Atenas acaparara ayer los titulares de los medios digitales, sobre todo durante la mañana, la negociación de los valores realmente importantes prosigue en la trastienda. El Gobierno de Grecia mantiene el pulso con sus acreedores internacionales, mientras la posición alemana parece perder enteros.

No es un pulso equilibrado de partida. Ni mucho menos. Por un lado, la capacidad de maniobra del Gobierno de Syriza continúa constreñida por el vencimiento inmediato de las deudas adquiridas por quienes les precedieron en el Ejecutivo heleno, y el pago de los correspondientes intereses. Por otro, la «cuadriga» de acreedores internacionales sigue intentando imponer nuevas exigencias.

Además, en esta segunda parte de la mesa –ahora integrada por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE), el Mecanismo de Estabilidad Europeo (MEDE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)– no hay una posición común, al menos de momento, e incluso hay voces cada vez más discrepantes en su seno.

Desde que Atenas firmara el acuerdo con el Eurogrupo que ha abierto esta nueva fase de negociaciones, el FMI ha insistido en que no suscribirá otro memorando de rescate a no ser que los socios de la UE se comprometan a reestructurar la deuda griega. En este extremo coincide con la postura que mantiene Syriza, si bien eso no quiere decir que planteen las mismas condiciones para aliviar la deuda.

Aunque su representante, Delia Velculescu, se encuentra en Atenas desde el jueves participando en las conversaciones, el FMI podría dejar «en suspenso» su participación en el rescate financiero hasta 2016, en el cuadro de un plan de ayuda escalonado durante tres años.

Encuentros y desencuentros

Las negociaciones prosiguieron ayer después de un fin de semana en el que las correspondientes delegaciones mantuvieron varios encuentros, según informó el Ministerio griego de Finanzas, que recordó que esperan concluir un acuerdo de aquí a mediados de mes que contemple un nuevo préstamo de unos 82.000 millones de euros.

En declaraciones al diario “Ethnos”, el comisario europeo de Asuntos Económicos, el francés Pierre Moscovici, resaltó que «nuestros socios griegos responden de forma constructiva y exhaustiva, y trabajan duro».

Según indicó France-Presse, los principales puntos del debate son: las privatizaciones, la recapitalización de los bancos, el estado de las finanzas públicas y el agravamiento de la situación económica durante los últimos meses. Por su parte, Efe indicó que, una vez aprobado el rescate, Grecia espera recibir una primera inyección de casi 25.000 millones de euros, de los cuales 10.000 millones se destinarán a recapitalizar la banca, 5.000 millones al pago de proveedores, 7.160 millones a saldar el crédito puente que permitió liquidar las deudas con el BCE y el FMI, y 3.200 millones al pago pendiente inmediato al BCE.

En cuanto a la jornada de ayer, trascendió que hubo un encuentro informal, de una hora y media, de los jefes del «cuarteto» de acreedores con el ministro de Trabajo, Yorgos Katrugalos, en el que conversaron sobre cuestiones laborales y la reforma de pensiones, dos de los temas más espinosos para el Gabinete de Alexis Tsipras, con el objetivo de establecer una «hoja de ruta».

En esta materia han surgido algunos desacuerdos que, según los medios locales, atañen al primer plazo en que deberá entrar a funcionar progresivamente la abolición de las jubilaciones anticipadas. El Gobierno lo quiere dejar para otoño mientras que los acreedores exigen aplicarlo con efecto retroactivo desde el pasado 1 de julio y sin protección de los derechos adquiridos.

Otro de los puntos de fricción es el relativo al gravamen sobre los ingresos más altos. La «cuadriga» exige que el Impuesto de Solidaridad sea reducido del 8% al 6% como máximo para los ingresos superiores a 500.000 euros anuales, arguyendo que la tasa actual impulsa a la evasión fiscal. El Gobierno, en cambio, no quiere renunciar a su competencia para repartir el esfuerzo impositivo. «Nuestro objetivo siempre ha sido y, en el marco que se nos ha impuesto, sigue siendo poder aliviar a los más vulnerables. Y en cambio, lo que quieren es, de nuevo, proteger a los más ricos», se quejaba el viernes una fuente de Syriza citada por “Le Monde”.

De forma más general, al ser cuestionado por las nuevas condiciones que quieren imponer los acreedores, Tsipras ha enfatizado en los últimos días que se ha comprometido a cumplir «ni menos ni [sobre todo] más de lo acordado» el 13 de julio.

La Bolsa reabre con el esperado récord bajista

Tras permanecer cinco semanas cerrada, desde el 26 de junio, el viernes en el que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, decretó también el «corralito» bancario, la Bolsa de Atenas recuperó ayer su actividad de forma limitada. El resultado a fin de sesión fue un esperado récord histórico, con una caída del 16,23%, que dejó el índice ATHEX en 668,06 puntos, lo que mitigó el hundimiento registrado a primera hora (-22,82%).

«Esperábamos esta presión. Los mercados no podían dejar de repercutir una interrupción como esta», comentó Konstantinos Botopoulos, el presidente de la Comisión de Mercados de Valores griega, quien instó a esperar a que concluya la semana para analizar «con más serenidad» cómo ha sido recibida esta reapertura.

Las operaciones se reanudaron con grandes limitaciones para los inversores locales, que no pueden financiar la compra de valores con dinero de sus cuentas bancarias en Grecia, aunque sí pueden hacerlo con efectivo.GARA