Jon ORMAZABAL
Final del Cuatro y Medio

Pulso generacional

Juan Martínez de Irujo busca su cuarta txapela del acotado, con la que alcanzaría a Retegi II, mientras Urrutikoetxea quiere estrenarse en la distancia.

El Cuatro y Medio que el día de su presentación evidenció el cambio generacional ha llegado para quedarse, se cierra esta tarde con un pulso entre dos de sus exponentes, no extremos, pero sí de los más cualificados. Así, la última txapela de 2015 irá para Juan Martínez de Irujo, sin duda uno de los referentes de la pelota del siglo XXI, o para Mikel Urrutikoetxea, zaratamoztarra que lidera, por edad y juego, una hornada de nuevos pelotaris dispuestos a poner en solfa el status quo. De hecho, una victoria del de Asegarce supondría el primer año desde la irrupción del de Ibero en el Manomanista de 2004 en el que ni Irujo ni Aimar Olaizola logran ninguna de las tres txapelas del año.

También supondría que la txapela del acotado retornase a Bizkaia 62 años después de que el lekeitiarra Akarregi se hiciera con el primer título de la especialidad en 1953, superando por la mínima a Bolinaga en el desaparecido frontón de Gros.

Sin embargo, no parece que Juan Martínez de Irujo esté por la labor, por mucho que le costara engancharse a la competición. En una trayectoria similar a la que le llevó a hacerse con la txapela el año pasado, el de Ibero ha ido a más según han avanzado las fechas y ha acumulado horas de acotado y se presenta a la final en un gran momento de forma y de juego, confirmado hace quince días ante Aimar Olaizola, por mucho que el de Goizueta no estuviera en las condiciones ideales para afrontar un duelo tan importante.

Dinero azul

De hecho, poco ha importado a la cátedra el precedente entre los dos finalistas en el acotado, disputado el 17 de octubre en el propio Bizkaia. Con una gran segunda mitad de partido, Mikel Urrutikoetxea se impuso 22-18, pero se esperan momios de 100 a 60 azules de inicio y las pujantes apuestas de internet también ven favorito al de Aspe.

Pero por mucho que el dinero no entienda de sentimentalismos, el partido parece mucho más equilibrado. La solvencia con la que el de Zaratamo ha superado todas las etapas, con un auténtico partidazo, físico y técnico, ante Bengoetxea en la semifinal otorgan al campeón manomanista argumentos para poder ganar a cualquiera.

El pulso está equilibrado y claves como el saque-resto, el acierto o la tensión harán que se decante para uno u otro lado, cerrando un 2015 espectacular.