Tras serle otorgada finalmente la licencia a Antxeta Irratia para emitir en Donostia y Donostialdea, ha salido a relucir un viejo problema relacionado con la regulación de la FM. El coordinador de Arrosa Irrati Sarea, Jon Aranburu, revela a GARA los pormenores de esta situación compleja y única  por la que atraviesan las radios comunitarias en el Estado español.

¿Qué valoración hace Arrosa de lo desarrollado hasta el momento?

Hasta ahora es buena y sobre todo, y en relación a lo que nos depara el futuro, resulta cuanto menos muy interesante y llena de retos e incógnitas. En principio incluímos entre nuestras prioridades una actualización de parte de nuestra infraestructura técnica. La pujanza de las nuevas tecnologías y las aplicaciones para móviles y tabletas resultan hoy en día imprescindible para los medios de comunicación y no podemos perder esta estela. A final de curso queremos presentar nuestra nueva página y estamos en pleno proceso de desarrollo para incluir aplicaciones para teléfonos móviles. Uno de los apartados más interesantes de lo que llevamos de año han sido las jornadas que llevamos a cabo en febrero y en las que reflexionamos acerca del modelo actual de radio, lo que implica este medio y nuestra faceta dentro de este territorio teniendo siempre presente que somos un poco el organismo que aglutina a la mayoría de emisoras de Euskal Herria. El capítulo que dedicamos a la FM también tuvo una especial relevancia dentro de estas jornadas porque no sabemos hacia dónde va y qué futuro le depara.

¿Nadie se atreve a regularizar la Frecuencia Modulada?

Sinceramente no sabemos qué es lo que está ocurriendo. Desde los años ochenta la FM se ha convertido en un territorio sin acotaciones y abierto a todo tipo de especulaciones. El ejecutivo de Patxi López intentó regularizarlo pero cuando descubrimos el modelo impulsado –a concurso para el reparto de licencias– les hicimos saber que no era lo más idóneo porque se priorizaba la pujanza de las radios comerciales y el resto nos quedámos un poco en el olvido. Además no se tuvo en consideración a las emisoras que emitían en euskara.

En este panorama entran a escena las radios comunitarias.

Son emisoras no ligadas al modelo comercial o al público y que están enraizadas en la propia comunidad desde la que emiten. Es un modelo comunicativo que está muy valorada en el resto del mundo, por ejemplo en el Estado francés hay una ley explícita que regulariza a las radios comunitarias. Por el contrario, el Estado español es el único en el que no están regularizados los medios comunitarios y vistas las filtraciones que hubo hace varios meses, parece que no están por la labor de hacerlo. Antxeta Irratia es la primera radio comunitaria de la comunidad autónoma vasca que ha conseguido una licencia.

¿Y qué papel está desempeñando Lakua?

Antxeta ha tenido que luchar contra viento y marea durante cuatro años para conseguirlo y ha peleado injustamente en un coto que incluía a las  radios comerciales. Nuestra valoración en este sentido es buena pero queremos hacer un llamamiento a Lakua en este sentido porque llevamos años pidiéndoles que regularicen el sector de las radios y no están haciendo nada. Los más perjudicadosen esta situación son los medios comunitarios que, además, en su mayoría son euskaldunes.