A.P.
CRISIS POLÍTICA EN EL ESTADO: ELECCIÓN DEL PRESIDENTE

MIRAR A LA MONCLOA CUANDO LO IMPORTANTE ESTÁ EN BRUSELAS

Mientras Mariano Rajoy paraliza el cronómetro de la investidura hay otro reloj que no para, el de las «obligaciones» europeas, que significan más recortes. Madrid debería presentar sus presupuestos el 15 de octubre y habrá que ver si lo hace con Gobierno.

A la espera de que Mariano Rajoy y Ana Pastor pacten una fantasmagórica sesión de investidura que ni siquiera tiene garantizada la presencia del protagonista, existen otros procesos que sí tienen fecha de caducidad. Diga lo que diga la Constitución, el presidente en funciones se ha dado un tiempo para buscar socios. Algo que a Bruselas no le interesa. Los objetivos de reducción de déficit y el regalo envenenado de eludir la multa a cambio de nuevos recortes esperan al próximo jefe de Gobierno. El problema es que aquí sí que hay plazos. En principio, Madrid debería de presentar sus cuentas (hachazos incluidos) el 15 de octubre. La pregunta es, si no hay presidente ¿podría haber presupuestos? Mientras todo el mundo mira hacia quién será el inquilino de La Moncloa, el debate sobre qué tendrá que gestionar el dinero, que es lo verdaderamente relevante, pasa más desapercibido.

Por ahora, y después de la jugada de Rajoy del jueves, la discusión política en Madrid se centra en el margen constitucional que tiene el jefe de Gobierno para llegar a acuerdos para someterse a la investidura. Ahí, al margen de las interpretaciones sobre el artículos 99.2, no hay mucho margen más que esperar. Sin embargo, en paralelo, hay un cronómetro que no atiende a lógicas electorales. Bruselas aprieta y hay «compromisos» que cumplir. La teoría dice que los presupuestos deberían llegar al Congreso antes del 30 de setiembre, lo que implica que el Consejo de Ministros los avale una semana antes. Si no se quiere que este proceso sea con un Gobierno en funciones debería de haber investidura el 17 o el 24 de agosto. Un plazo «razonable», siguiendo la terminología de Rajoy, pero tan amplio como para poder llegar a esas fechas en las mismas. El problema es: ¿entonces qué?

Hay una frase que pasó desapercibida en la rueda de prensa de Rajoy del jueves, pero que puede dar alguna pista. Sin mojarse, como es su estilo, dejó entrever que podría disociar la negociación sobre el Gobierno del diálogo sobre las cuentas. En el primer debate, por el momento, nadie se mueve. ¿Y en el segundo? Se volverán a repetir los mismos esquemas de la investidura. Es decir, Rajoy planteando los recortes que ya prometió a Bruselas y que en el fondo son inevitables y el resto de formaciones con la opción de marcar línea o someterse al «diktat». Dando por hecho que Ciudadanos estaría dispuesto a transigir y que Unidos Podemos rechaza el modelo fiscal planteado por Europa, la pelota vuelve al tejado de Ferraz. Y es posible que la decisión que tenga que tomar sea más importante que abstenerse o no para la investidura. ¿Aprobará unos recortes que van en la línea de lo que la propia socialdemocracia europea avala o se resistirá? ¿Qué ocurriría con unas cuentas prorrogadas cuando está la cuenta del incumplimiento del déficit sin pagar? En La Moncloa no quieren ni mentarlo, pero es como las terceras elecciones, que nadie quiere que ocurran hasta que uno puede encontrárselas encima.

En su alegato por la Gran Coalición y al margen de Catalunya, Rajoy insistió en que el modelo económico europeo es algo que une a PP, PSOE y Ciudadanos. Se puede dar la paradoja de que sean los números y no los nombres los que obliguen a posicionarse. Papelón para Ferraz, en todo caso, y más presión para un contexto político completamente inédito. Como todo lo que ocurre desde que Rajoy se presentó como candidato, todo son especulaciones. Algo de lo que no entienden los cronómetros europeos.

 

Parálisis e incertidumbre desde el «sí pero no» de Rajoy

Como Rajoy se sacó de la manga un plazo para buscar apoyos con el que nadie contaba, la jornada de ayer fue de reflexión en Madrid. Nadie se atreve a decir nada contundente hasta que el presidente en funciones y Ana Pastor se sienten y valoren si hay o no investidura. Como la jugada del presidente en funciones pilló a sus contrincantes en fuera de juego, estos solo acertaban ayer a lamerse las heridas. El PSOE insiste en que Rajoy debería presentarse ya mismo, algo que no está en su mano, y lo único que puede cambiar algo son las reuniones previstas para la semana que viene entre Rajoy, Sánchez y Rivera. Por el momento no parece que haya margen.A.P.