Agustín GOIKOETXEA
BILBO

Karrantzako Minda solicitó cambios en facturas a cuenta para justificar ayudas

Alfredo González, representante de Ade Biotec, manifestó ayer en la vista oral que se sigue en el Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Bilbo por la quiebra de Karrantzako Minda que Felipe Mendibil, en su condición de asesor técnico de la promotora de la planta de purines, les solicitó cambios en facturas a cuenta para justificar las ayudas públicas.

Alfredo González, representante de la firma con la que Karrantzako Minda (KM) rubricó un contrato para la construcción de la planta de Las Torcachas, reconoció que en diciembre de 2008 presentó una factura a cuenta de formación de operarios cuando las obras no comenzaron hasta abril de 2010. Esta fórmula, admitió Felipe Mendibil, se repitió para tratar de justificar las ayudas que habían concedido Lakua, Diputación y Gobierno español, que era necesario certificar para no tener que reintegrarlas. Ese caso, por cierto, dijo no recordarlo.

González explicó que gestiona Ade Biotec desde mayo de 2008 a raíz de una ampliación de capital en la que GMSM Medio Ambiente –filial de Excavaciones Viuda de Sainz– pasó a detentar el 80% del accionariado frente al 20% de Ezten, un fondo de capital riesgo del Ejecutivo autonómico. Su relación con KM, admitió, no es cordial después de la ruptura «unilateral» del contrato para construir la planta al poco de iniciar los trabajos, mencionando en una respuesta a la abogada del Estado Macarena Olona que «la eficacia empresarial» de la promotora «no era la adecuada».

El representante de Ade Biotec comentó que KM, a través de Mendibil, les solicitó modificar como se facturaban los trabajos periódicamente para justificar las ayudas públicas concedidas. «Se pasó de una certificación mensual cierta a diez facturas por idéntica cantidad para justificar subvenciones», detalló.

Felipe Mendibil, a quien se le considera cómplice en la calificación del concurso, llegó en febrero de 2008 a KM y, a partir de ahí, se encargó de ir preparando informes relacionados con las ayudas que le encomendaron Ángel María Ruiz Quintano –presidente de la sociedad–, Concepción García –gerente unos meses en 2009– y Martín Ascacibar –consejero delegado a partir de setiembre de ese ejercicio–. Además, sus recomendaciones técnicas eran seguidas por los consejeros de la promotora, que confiaban en sus directrices y en las de Ascacibar.

El ingeniero industrial reconoció que para cumplir con las exigencias de las subvenciones «todas las facturas se reordenaban» pero con conceptos reales y con el visado del director de obra, aunque tuvo que admitir que, en algún caso, copió las memorias de los proyectos. La abogada del Estado acusó a Mendibil de «faltar a la verdad» en los hechos justificativos incluidos en un informe de marzo de 2009 para no tener que reintegrar fondos públicos.

Trabajó para Karrantzako Minda a través de Activa Ingenieros, de la que su esposa fue socia mayoritaria a su constitución, por lo que, incidió Olona, «no era un simple trabajador por cuenta ajena». Mendibil dijo que no recordaba haberse reunido con Ascacibar hasta 2008, apostillando que pudo ser que estuviera con él con anterioridad por su relación con Enerminde como empleado de Eptisa-Cinsa, que participó en ella con Ade Biotec y Levenger Cogeneración, o con Neiker, que en marzo de 2004 encargó a esa ingeniería un estudio para una depuradora de purines en el polígono industrial de Matienzo, en Karrantza.