Curro VELÁZQUEZ GAZTELU
GASTEIZ
Interview
MAYTE MARTÍN
CANTAORA

«Echo de menos discursos construidos desde el alma, y no desde la cabeza»

Martín (Barcelona 1965) es una cantaora que sabe dónde pisa y qué quiere. Entre el flamenco y la «nova cançò» del siglo XXI, da el protagonismo que se merecen a los poetas que la conmueven. Hoy la tendremos en los Viernes Flamencos de Barakaldo, acompañada por la guitarra de Salvador Gutiérrez.

¿Cómo descubrió Mayte Martín el flamenco desde su Catalunya natal?

A través de los discos de mi padre, un malagueño que emigró a Catalunya. Desde mis primeros años ya lloraba escuchando cantar a mis primeros maestros; el flamenco me conmovía en lo más profundo del alma.

Aun así, ha indagado en otros estilos musicales. ¿Qué le aporta el flamenco?

El flamenco es una música riquísima y de una belleza sobrecogedora. Es un lenguaje musical exquisito y una materia prima interesantísima para recrearme y para crear. Cuando canto flamenco soy un vehículo que conecta el pasado con el presente; y no puede haber nada más hermoso que eso.

Hubo un momento en el que desde Euskal Herria no se llegaba a entender el flamenco; algo entendible, porque la dictadura se apropió del flamenco de manera irrespetuosa, ¿cómo fue el proceso en Catalunya?

Muy parecido, pero para eso sirve el tiempo, para darnos la perspectiva necesaria para reubicarnos, para reconducir cosas que no están en su lugar. Y, en este caso, para no perdernos, por cuestiones políticas, una manifestación artística de las más bellas que existen.

¿Cómo recibe hoy en día el flamenco esa parte más catalanista de la sociedad?

La parte catalanista inteligente y sensible, que sabe que el arte es universal y que no se debe confundir con otras cuestiones, lo disfruta como la cosa mágica que es. Los prejuicios son muy castradores y por su causa se pierde uno muchas cosas maravillosas.

Cuando mira al pasado, ¿qué piensa sobre su carrera?

Más que pensar, siento que he hecho lo que he querido y que lo he hecho como me dictaba el corazón: esa es la única manera de no tener jamás la sensación de haberte equivocado, pase lo que pase y cualesquiera que sean las consecuencias de tus decisiones y tus actos.

Hoy en día, sobre todo en la danza, se están aportando nuevos ingredientes al flamenco. ¿Cree que se están haciendo cosas interesantes para la propia evolución del flamenco?

Sinceramente, creo que no. No todo lo que va disfrazado de evolución lo es. La evolución es algo inevitable y natural, absolutamente ajeno al ego y al afán de originalidad, que es lo que fundamentalmente prima en estos momentos. La necesidad de ser a toda costa original no tiene que ver ni con el arte ni con la evolución, tiene que ver con la vanidad. La verdadera originalidad no es una cuestión de actitud, es una característica como lo es tener los ojos verdes.

Los verdaderos transgresores fueron muy pocos y lo fueron sin pretenderlo, sin que asomara un atisbo de vanidad en lo que hacían. Morente fue el mayor ejemplo de los últimos años. Nos estamos olvidando de que el flamenco es un lenguaje, una estética con su propia idiosincrasia. Si en vez de ocuparnos en ser originales nos ocupáramos en SER, habría más belleza y autenticidad y no estaría el arte puesto al servicio de la industria, sino al revés, que es como tendría que ser.

¿Cree que el cante tiene aún algo que aportar al flamenco?

Yo pienso que tiene qué aportar a cualquier arte; significa tener otra visión de lo mismo. Es cierto que el baile no para de transgredir, pero no se puede tener la transgresión como finalidad. La moda de lo “transgresor” está dañando al flamenco; lo está desalmando y deteriorando y está creando un vacío de contenido emocional muy grave.

¿Qué echa de menos hoy en día de los cantaores y las cantaoras de flamenco?

La autenticidad, la conexión con uno mismo. Echo de menos discursos construidos desde el alma, y no desde la cabeza. Echo de menos la consciencia verdadera de lo que significa el arte y de la razón de su existencia.

¿Cuáles son los proyectos en los que está inmersa a día de hoy Mayte Martín?

Acabo de parir dos nuevos espectáculos, titulados “Al flamenco por testigo” y “Tempo rubato”. En primavera “Tempo rubato” se convertirá en disco. Es un proyecto que empecé hace alrededor de veinte años. Se trata de un registro sonoro de mi vida amorosa y refleja sobre todo mi faceta de cantautora.

¿Qué nos tendrá guardado para Barakaldo y Gasteiz?

Un concierto de flamenco clásico, cante y guitarra. Obras clásicas del flamenco pasadas por mi filtro, por mi manera de ver y sentir todo esto.

 

¿Cuando viene por Euskal Herria qué sensaciones se lleva?

Hermosas. Gratificantes. Me encanta el País Vasco. Su aire y su gente. Francos y cálidos.