Nagore BELASTEGI
DONOSTIA
Interview
KARLOS ORDOñEZ FERRER
COORDINADOR DE VOLUNTARIADO SOS ARRAZAKERIA

«Una sociedad más acogedora se logra pringándose, estando sobre el terreno»

Ordoñez forma parte del centro de documentación Mugak, que a su vez está dentro de SOS Arrazakeria Gipuzkoa. También aporta información a SOS Racismo a nivel estatal y realiza el informe anual de racismo, que publican en primavera. Además, archiva noticias relacionadas de 24 medios escritos.

SOS Arrazakeria Gipuzkoa ha firmado recientemente un convenio con el Hospital Donostia gracias al cual pondrán en marcha un proyecto de voluntariado para acompañar a los niños y niñas de origen migrante ingresados que permanecen solos mucho tiempo. Hablamos con Karlos Ordoñez, coordinador del programa de voluntariado, justo antes de que la asociación se mude del barrio donostiarra de Gros a Egia.

«Antiguamente en el Hospital Universitario había habitaciones grandes donde había ocho o diez camas, y una enfermera atendía a todos. No se permitía entrar a los padres. Con los años eso ha ido cambiando y se incorporó el bienestar a la salud, así que ahora las habitaciones son pequeñas, de dos camas, y no es que se permita sino que es mucho mejor que estén los padres, madres o tutores. Pero la población de origen migrante tiene trabajos bastante precarios o tienen un montón de niños que cuidar y, ocasionalmente, se dan circunstancias en la que los niños están demasiado tiempo solos y no es bueno para ellos», explicó el miembro de SOS Arrazakeria.

Así, propusieron su ayuda al hospital, y comenzaron a reunir voluntarios dentro de lo que ya lo son habitualmente. Aunque todavía no ayudan a ningún niño, los pasos a seguir serán los siguientes: cuando el hospital detecte que hay un menor que pasa demasiado tiempo solo le ofrecerá el servicio de acompañamiento a la familia, a costo cero, y si a esta le parece bien la asociación decidirá qué personas acudirán.

«El voluntario no tiene y no puede hacer ningún tipo de trabajo sanitario, solo tiene que acompañar al niño, estar pendiente de sus necesidades, si es un bebé y hay que alimentarlo pues darle de comer, y si es más mayor charlar con él o jugar, para que se sienta cómodo», comentó Ordoñez.

Según les han explicado desde el hospital, «normalmente la mayoría de críos de los hospitales están por problemas bronquiales y suele ser una media de una semana o quince días. Cada situación va a ser diferente, va a haber familias que por la noche pueden ir y otras que no, por lo que los acompañamientos pueden ser de todo el día o también por la noche, por lo que tendremos que turnarnos».

Pautas para los voluntarios

Por el momento cuentan con 13 voluntarios de perfiles muy diversos –jubilados, estudiantes, trabajadores y más mujeres que hombres–, aunque podrían necesitar más si el proyecto funciona bien o si «el número de niños aumenta porque por fin llegan los refugiados».

A los voluntarios se les ha ofrecido formación de cómo deben actuar en el hospital, sobre qué pueden hacer y qué no, sobre cuáles son sus derechos y obligaciones. «No van a cobrar absolutamente nada, no pueden aceptar ningún regalo, tienen que guardar confidencialidad, no pueden intervenir en opiniones religiosas. Tienen que tener la cabeza bien amueblada. No se requiere ninguna habilidad sanitaria, pero tienen que tener un mínimo de sensibilidad de facilidad para la empatía».

Además de la formación específica, al ser voluntarios habituales de la asociación, también se les imparten talleres durante todo el año: «de género e igualdad, rumores y estereotipos, este año hemos dado dos sobre la actualidad de los refugiados y otro sobre delitos de odio. Intentamos aportar nuestro grano de arena para intentar conseguir una sociedad más acogedora y eso se logra pringándose, estando sobre el terreno».

A pesar de que los voluntarios tienen que seguir unas pautas, intentan que se sientan cómodos. «No ponemos un mínimo de horas ni obligamos a nada. Lo importante es que hagan algo con lo que están a gusto porque lo van a hacer mejor, y además que no tiene ningún sentido tener que hacer un sacrificio cuando tu estás dando parte de tu tiempo», comentó Ordoñez.

Este es el segundo trabajo que hace SOS Arrazakeria Gipuzkoa directamente relacionado con los niños. El primero es la mentoría, en la que unen a niños con universitarios para que durante un año se acompañen y se refuerce así la autoestima del menor. También llevan talleres a las escuelas.

Además, coordinan el proyecto Bizilagunak en el que juntan a familias autóctonas con las migrantes, entre la gran variedad de actividades que realizan. Po ejemplo, el próximo 19 de marzo celebrarán la marcha antirracista anual. «El año pasado pusimos sobre la mesa la situación de los refugiados, y este año directamente la denunciamos», terminó el coordinador de voluntariado.