Nagore BELASTEGI
CIBERSEGURIDAD

Ante el peligro en la red, lo más eficaz es pedir ayuda

Navegar seguros en internet es de suma importancia, porque aunque no veamos los riesgos están ahí. Esta seguridad es aún más importante cuando hablamos de menores, pues por miedo a reproches o vergüenza pueden no denunciar lo que les pasa, y el delincuente virtual salirse con la suya.

Manu Viota es el jefe de la Sección Central de Delitos en Tecnologías de la Información de la Ertzaintza, un departamento creado a raíz del creciente número de delitos virtuales. A él los que especialmente le duelen son los que implican menores, y por eso ofrece ponencias dirigidas a veces a adolescentes y otras veces a padres y educadores, pero con la misma función: informar sobre los posibles riesgos para que puedan hacerles frente.

El lunes por la tarde ofreció una charla informativa dentro de las jornadas de ciberseguridad Ciber Sec Camp que están teniendo lugar estos días en Tabakalera, en Donostia. En la misma, en un tono divertido pero claro explicó los riesgos que hay en Internet.

Sexting

Consiste en enviar fotos y vídeos de contenido sexual. «Entre mayores de edad no debería haber problema, aunque lo hay, pero en menores es más complicado», aseguró el experto. En su opinión, «las niñas tienen más peligro, no porque yo sea machista. No es lo mismo un niño luciendo abdominales, que una niña en bikini, pues puede ser sexual. Esto tiene que cambiar con la sociedad».

Los casos de sexting suceden, por ejemplo, cuando una persona se saca fotos sugerentes y se las envía a su pareja. «Las parejas pocas veces se rompen de mutuo acuerdo, y el otro si puede hacerle daño se lo hará», dijo sugiriendo que podría compartir las fotos recibidas.

Grooming

Se trata de una práctica de los adultos para tratar de ganarse la confianza de los niños para después lograr sus objetivos, a menudo con fines sexuales. Esto puede suceder con quienes se conocen en persona, aunque el anonimato que da Internet lo facilita.

Depredadores sexuales

El año pasado se filtraron fotografías de numerosas famosas debido a que un hacker había conseguido entrar en sus teléfonos móviles. Pues eso mismo puede sucederles a los menores. «Es el delito más importante al que nos enfrentamos digitalmente. Cuando pillamos al sinvergüenza es cuando más satisfacción siento», aseguró.

Amenazas y coacciones

Una vez consiguen el material, chantajean a los menores para que les envíen más fotos y vídeos haciendo lo que les piden a cambio de no publicar las fotos obtenidas. Otra forma de obtener las imágenes iniciales es poniéndose en contacto con los menores y haciéndose pasar por quienes no son. «Si una niña busca un niño rubio, pues él será un niño rubio muy guapo». Para acertar con los gustos ahora lo tienen fácil porque «toda la información está en Instagram».

Así, inician una conversación inocente y terminan mandándose fotos. Después, por miedo a los padres, porque se sienten culpables en lugar de víctimas, terminan cediendo a las amenazas. «Es difícil salir de esa espiral. Aguantan hasta que no pueden más y lo cuentan», subrayó para después dar el ejemplo de un chico vizcaíno de 21 años que fue detenido por haber coaccionado a más de 80 menores. También contó el caso de un donostiarra de 18 años que amenazó a catorce chicas. «¿Sabéis cuántas enviaron fotos? Ninguna. Habían acudido a una de mis charlas y sabían qué debían hacer: contárselo a los padres».

En ocasiones puede suceder que los menores se enamoren y no lo cuenten. «Esto es peligroso. El año pasado detuvimos a un tío en casa de una niña de 11 años. La chica de la limpieza volvió a casa y les pilló. Si no, hubiera consumado. Y además, aquello era consentido».

Ciberbullying

Se está hablando mucho sobre el bullying últimamente y también sobre esta categoría de acoso que sobrepasa las fronteras del colegio y puede afectar a los menores 24 horas al día. El experto aplaudió las iniciativas que se están desarrollando para terminar con esta práctica e incidió en la importancia de que los niños y niñas se impliquen y cuenten los que pasa.