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Madrid

LA INMENSA MAYORÍA DE LAS TRANSACCIONES DE CONSUMO SE HACE CON DINERO EFECTIVO

¿Pagar en metálico o con tarjeta? En muchos lugares del mundo todavía no existe la segunda opción, mientras que en las sociedades más desarrolladas tecnológicamente la compra con tarjeta o a través de aplicaciones informáticas gana peso rápidamente.

El 85% de las transacciones comerciales de consumo en todo el mundo se realiza con dinero en efectivo, mientras que solamente el 9% se abona mediante tarjetas de crédito y el resto corresponde a otros medios de pago, según el estudio realizado por el Instituto de Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada.

A pesar del impulso creciente de los pagos con tarjeta de crédito y a través de las aplicaciones tecnológicas que permiten abonar compras desde un smartphone, en la mayor parte de los continentes las operaciones de consumo ordinarias siguen abonándose en metálico. Además, los niveles de pago en efectivo superan el 90% del total de las operaciones de adquisición de productos de consumo en regiones como Latinoamérica, África, Europa del Este y buena parte de la zona en desarrollo de Asia-Pacífico. En concreto, el estudio muestra que en Latinoamérica el 91% de esas operaciones se pagan con dinero en efectivo, con países como Perú donde ese porcentaje llega al 99%. También en Egipto, Arabia Saudí y Malasia solo alrededor del 1% de todas las transacciones no implican dinero en efectivo.

El vicepresidente ejecutivo del Instituto de Coordenadas, Jesús Sánchez Lambás, recalca la importancia que el manejo de efectivo tiene en buena parte de Sudamérica. En este sentido, sostiene que una de las claves de crecimiento de ese mercado será la gestión eficiente del dinero en efectivo, elemento de integración de todas las comunidades. «Latinoamérica no puede permitirse que importantes grupos sociales pierdan poder financiero por carecer de modelos avanzados de manejo del dinero físico», advierte.

En África, las operaciones ordinarias en efectivo alcanzan el 99% del volumen total, mientras que en Europa del Este el porcentaje es del 93% y en los países en desarrollo de Asia-Pacífico los volúmenes de efectivo llegan al 98%. No obstante, en las zonas más desarrolladas de esta región, el uso del dinero en efectivo apenas supera el 65% de las transacciones, con ciudades como Singapur que alcanzan una tasa del 61% en las operaciones de consumo mediante tarjetas o medios online, la mayor del mundo.

Por su parte, Norteamérica reduce el uso del dinero en efectivo al 48% de las transacciones de consumo, así como Europa Occidental lo hace al 66%, aunque con enormes variaciones entre los diferentes estados. Mientras en Gran Bretaña, Países Bajos, Suecia, Bélgica o el Estado francés se supera ampliamente el 60% del total de los pagos mediante tarjetas o medios online, en otros como Italia o Grecia el uso del efectivo tienen tasas superiores al 90%; en el Estado español, hay un equilibrio casi al 50%.

Este mapa de medios de pago se ha configurado tras el análisis de informes de diversas instituciones financieras publicados y difundidos en los últimos dos años.

Razones diversas

A la vista de los resultados, el Instituto Coordenadas destaca que «estamos lejos de afirmar que el dinero en efectivo ha muerto». Entre las razones que se esconden detrás de este uso generalizado de billetes y monedas, apunta a la falta de una infraestructura generalizada o accesible para pagos alternativos, la escasez de terminales punto de venta (TPV) en muchos comercios, las precarias conexiones informáticas, la reducida bancarización de muchas sociedades o la dificultad de acceso a buena parte de los productos del sistema financiero, y la persistencia de la economía informal o sumergida.

Aún así, reconoce que la tendencia mundial señala un incremento vertiginoso de las transacciones comerciales de consumo mediante el uso de medios de pago electrónicos. «Todos los estudios analizados lo confirman», resalta el análisis comparativo, «pero de la misma manera señalan que ese crecimiento viene motivado en gran medida por la extensión de determinados hábitos o modelos específicos de compra». Es la tendencia a abonar las compras de mayor volumen mediante medios electrónicos lo que desequilibra la balanza del volumen total de las operaciones. Es decir, que el número de transacciones abonadas con papel moneda sigue siendo muy superior al de las pagadas con tarjeta o desde el móvil, aunque los montantes de estas últimas sean mayores.

Así las cosas, el Instituto de Coordenadas constata que el dinero en efectivo continúa siendo imprescindible en todo el mundo y que no es factible su sustitución total por otros medios en buena parte de las economías desarrolladas.

En las panaderías de Dinamarca pueden rechazar las monedas

Desde el 1 de enero de 2016, guardar la calderilla para comprar la barra de pan, o para pagar en cualquier otro comercio, es una estrategia equivocada, ya que estos establecimientos pueden negarse a realizar cualquier operación con dinero efectivo. Es de suponer que la «politesse» de los comerciantes no dará lugar a situaciones surrealistas, pero este ejemplo sirve para entender el alcance real que tiene la ley aprobada por el Parlamento danés con vistas a eliminar totalmente el uso del dinero en efectivo para el año 2030. Apenas hace veinte años, más del 80% de los daneses utilizaba efectivo para comprar, mientras que ahora solo lo hace el 25%.GARA