Viendo las imágenes de la canonización de Susana Díaz rodeada de todos aquellos que han logrado hacer de un partido hegemónico en el centro izquierda un cementerio de sospechosos de corrupción de ideas, cuerpos y estructuras uno llega a la conclusión de que se trata de una secta autodestructiva. Este akelarre de barones y apoyos incondicionales de los ex secretarios generales a este personaje de la derecha más recalcitrante del partido zombi, no augura nada bueno ni para la militancia, ni para el votante ni para el destino general de la gobernabilidad del reino de España. Han hecho una presentación con un presupuesto que acabará en los tribunales, la cacique andaluza sabe que no puede levantar mucho el vuelo, se presenta para enquistar al partido en una zona media que no moleste demasiado a la banda de Rajoy pero que pare al enemigo tonto, ese Podemos que sigue siendo una nimiedad exquisita que se va deteriorando de manera fulgurante. Cada intervención, cada no idea que venden, cada patinazo de Pablo Iglesias y sus fieles escuderos demuestran que hay un camino abierto hacia la nada. Por eso, hoy, como acreditado vidente de los acontecimientos y a la espera de un movimiento táctico de Pachi López que puede descubrir sus verdaderas intenciones de ser un tercero postizo, es decir un tercero para incomodar, si se mantiene la terna de candidatos, podemos encontrarnos con el exlehendakari como secretario general o como candidato a presidir el reino de España. No se rían, no. Recuerden cómo llegó a máximo dirigente del PSE y hasta dónde llegó de la mano del PP. Eso si la secta no se inmola antes. Con Susana saben que no tienen ningún futuro. Pedro Sánchez les huele demasiado a social democracia. Con López, lo que sea sonará. Es lo más parecido a Rajoy en cuanto a su disposición a no hacer nada .