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BRUSELAS

Bruselas plantea un debate muy abierto sobre «la Europa social»

En una etapa marcada por las críticas que se vierten desde muchos gobiernos estatales, o desde fuerzas políticas de oposición que están llamando a las puertas del poder, contra las «imposiciones» que llegan desde Bruselas, la Comisión Europea ha abierto un debate sobre el futuro de la Europa social sin apostar claramente por una mayor integración en el seno de la Unión. Al «pilar social» de la política comunitaria le está costando mucho coger altura.

La Comisión Europea (CE) ha invitado a los estados miembros a reflexionar sobre la Europa social que quieren construir para 2025 y plantea tres opciones: limitar la cooperación a lo más básico, permitir que los socios más concienciados puedan avanzar juntos o profundizar todos unidos en esa dimensión.

La idea se enmarca en el debate sobre el futuro de la Unión que el Ejecutivo comunitario inició en marzo, cuando puso sobre la mesa cinco opciones para diseñar la UE a Veintisiete, ya sin Gran Bretaña.

La CE presentó ayer un documento de reflexión que confía en que sea debatido a todos los niveles, desde los gobiernos e instituciones, pasando por la patronal y sindicatos, hasta la ciudadanía. Según expuso la agencia Efe, el texto deja claro que, pese a sucesivas reformas, los sistemas sociales de algunos Estados no están bien equipados para responder a los retos existentes y, en concreto, menciona las limitaciones de los sistemas de protección social.

Tres casos y su combinación

En el primero de los escenarios, la Unión mantendría la legislación social ligada a la libre circulación de los ciudadanos entre estados; por ejemplo, las normas sobre seguridad social o relativas a los trabajadores desplazados. Sin embargo, dejarían de existir en la UE estándares mínimos en ámbitos como la sanidad o la seguridad de los trabajadores, o en relación con la baja de maternidad/paternidad, o lo que se debe considerar tiempo de trabajo o de descanso.

La segunda opción consistiría en permitir que los estados que lo deseen puedan avanzar en grupos en ciertos ámbitos sociales. «Estos podrían ser los países que comparten el euro como moneda única, para preservar la fuerza y estabilidad de la eurozona y evitar ajustes abruptos en las condiciones de vida de los ciudadanos», tal como explicó la CE en un comunicado.

Por último, Bruselas plantea a los estados la posibilidad de profundizar todos juntos en la dimensión europea. En este supuesto, aunque el centro de las decisiones seguiría en manos de las autoridades estatales y locales, la UE «exploraría maneras de apoyar más la acción de los Estados miembros». La normativa comunitaria no solo fijaría estándares mínimos sino que, en áreas seleccionadas, podría armonizar los derechos de los ciudadanos para buscar la convergencia social.

La Comisión también deja la puerta abierta a que las diferentes opciones se puedan combinar, ya que no son restrictivas y quedan enmarcadas en los tratados en vigor.

Durante la rueda de prensa que ofreció en Bruselas, el vicepresidente y comisario para el Euro y el Diálogo Social, Valdis Dombrovskis, confió en la participación activa de todos los afectados para «construir un consenso en torno a las ideas presentadas en el documento de reflexión».

Entre las iniciativas presentadas ayer, la CE también ha puesto en marcha una consulta sobre cómo ajustar a las «nuevas realidades y prácticas en el mercado laboral», las normas sobre los contratos de trabajo y el acceso a la protección social.

Permisos remunerados para facilitar la conciliación

En el paquete de medidas presentado por la Comisión Europea ayer se incluye la propuesta de instaurar un permiso retribuido de «al menos cuatro meses» para el cuidado de los hijos al que puedan acogerse cada madre y cada padre, que no sea en ningún caso transferible entre los progenitores y del que cada uno pueda hacer uso hasta que el menor cumpla los doce años de edad.

En la actualidad, la legislación comunitaria prevé que los trabajadores puedan solicitar una excedencia de hasta cuatro meses para el cuidado de menores de hasta ocho años de edad, pero no hay reglas que exijan que sea un permiso remunerado y permite transferir al otro progenitor tres de los cuatro meses.

Con este tipo de propuestas, Bruselas quiere potenciar la conciliación entre la vida profesional y familiar en un contexto en el que las mujeres de la UE tienen una tasa de ocupación un 11,6% menor que la de los hombres y esta brecha se eleva al 30% en las familias con hijos menores de seis años. GARA