Ramón SOLA
Coordinador general de EH Bildu

«El Estado tiene una estrategia perdedora en Catalunya»

Xabier Arzalluz ha dicho que le parece maravilloso lo que ha hecho Catalunya pero que no va a haber reférendum. ¿Qué cree Arnaldo Otegi?

Creo que Catalunya está en un proceso irreversible. Creo que el Estado va a aprovechar agosto para tomar medidas, como una intervención parcial de la autonomía. Y creo que el proceso es irreversible porque el Estado tiene una estrategia perdedora en Catalunya: si deja hacer el referéndum cree que pierde, y si impide el referéndum, pierde. La partida se va a jugar en cómo reacciona el pueblo catalán y qué tipo de soporte tiene en otros pueblos del Estado y en la comunidad internacional. Y ahí tenemos una asignatura pendiente. En su día creímos que la batalla de Grecia contra la Troika era una batalla de Grecia, cuando era una batalla de todos. La Troika quebró Grecia y todos perdimos. La batalla de Catalunya también es nuestra batalla y quiero pensar que vamos a estar a la altura de las circunstancias.

¿Ha oído algo nuevo en el debate de la moción de censura en Madrid? En el discurso de Pablo Iglesias o en la victoria de Pedro Sánchez en el PSOE no hay una ventana abierta quizás, ¿pero sí una rendija?

Haríamos mal si no tuviéramos en cuenta que es una novedad en la política española que haya voces que digan que España es un Estado plurinacional, que tenemos derecho a decidir... Es una novedad importante y lo ponemos en valor. Pero luego sacamos cuentas y vemos que no hay relación de fuerzas en el Estado para ese cambio que plantean. Y entonces les decimos, ¿por qué tenemos que esperar? Si aquí ya tenemos relación de fuerzas... Otros también deberían echar cuentas y ver ¿cuáles son las ideas que se abren paso hoy en el Estado? ¿Las de los del régimen del 78 o las de quienes nos opusimos a él? Esa es la pregunta.

El PP dice que si se disuelve ETA se acaba la dispersión. ¿Tiene duda de ello?

Creo que hay muchos sectores que le están diciendo al PP que tiene que cambiar eso ya. Pero también digo una cosa: tras el desarme de ETA, no nos podemos quedar solo en eso, hay que empezar a hablar de la liberación de los presos y presas, porque si no lo hacemos nos estamos quedando en una fase anterior. Ha llegado la hora de decir claramente que todos los presos tienen que estar en la calle, hay que hacer un plan para ello y hay que construir consensos.

¿Qué conclusión ha sacado del cruce de cartas entre los presos, PNV y Urkullu?

He visto algunas cosas positivas y otras no tanto, porque me preocupa que siempre se pone la carga de la prueba en una parte. Pero creo que hay que hablar sobre la resolución del conflicto en términos constructivos porque sobre ese tema sí son posibles aquí consensos muy amplios. Mejor ser responsable.

En materia social, ¿percibe que se ha acabado la indignación? ¿Y no juega eso en contra de EH Bildu?

Sí, tengo esa impresión. Ví en las pasadas Navidades que habían crecido mucho los créditos para vacaciones o para pasar las fiestas, y también veo que han vuelto a aparecer productos financieros tóxicos... Me parece que mucha gente está pensando que hemos vuelto a la casilla anterior y así el cuento del neoliberalismo se inicia de nuevo. Pero las crisis del capitalismo son cíclicas, vendrá otra. El problema que nos provoca es doble: por un lado, el obvio de que todo ese cuento es falso, y por otro, que nos obliga una vez más a dar malas noticias a la gente ¡y la gente no quiere oír malas noticias! Y, sin embargo, la izquierda le tiene que decir la verdad a la gente, esa es nuestra responsabilidad histórica.

Brexit, Trump, lo último Macron... Vivimos grandes convulsiones en todo el mundo, pero sin embargo Euskal Herria parece haberse convertido en un remanso donde no pasa nada, en una foto fija. ¿Qué puede hacer EH Bildu para agitar ese tablero?

Hay un fenómeno bastante curioso, que es cómo el PNV mantiene una hegemonía hace 40 años y cómo parece que nada de lo que ocurre en el mundo le haga mella. Pero creo que más que mérito suyo es demérito nuestro. ¿Cómo ha logrado eso? Extendiendo el mantra de que ‘aquí vivís muy bien’, abandonando el proyecto abertzale, fortaleciendo las alianzas con PP y PSOE... Con ello se conforma como un «partido de orden», de sistema, y consigue decenas de miles de votos de esos sectores. ¿Cómo combatimos eso desde EH Bildu? Pues creo que entre otras cosas dándole seguridades a la gente, haciéndole ver –porque está probado– que nuestras políticas ofrecen seguridad y que nadie debe tenerles miedo.