GARA
TOKIO

El caso de los airbags defectuosos provoca la bancarrota de Takata

Takata, uno de los principales fabricantes mundiales de airbags, se declaró ayer en bancarrota, lo que pone fin a una larga agonía financiera derivada del escándalo global de sus airbags defectuosos y constituye la mayor quiebra de una compañía japonesa hasta la fecha, tal como destacó Antonio Hermosín para la agencia Efe.

La empresa ha solicitado protección legal en un tribunal de Tokio, así como en Estados Unidos para su filial TK Holdings, y ahora emprenderá un proceso de reestructuración bajo la tutela de la también estadounidense Key Safety Systems, que se hará con el control del fabricante nipón.

En marzo, la empresa cifró sus obligaciones de pago en 380.000 millones de yenes (3.043 millones de euros), aunque se estima que su deuda real triplicaría esa cantidad si se incluyera el coste de la llamada a revisión de más de 42 millones de vehículos en todo el mundo.

Posible causa de muertes

El origen de sus problemas es un fallo en la fabricación de sus airbags, ignorado por la compañía pese a que lo detectó en 2005 y por el que afronta multas multimillonarias de las autoridades estadounidenses, además del coste inasumible de sustituir todos los dispositivos defectuosos y compensar a los fabricantes involucrados.

El defecto de fabricación puede causar que el airbag se abra con demasiada fuerza y proyecte fragmentos a los ocupantes, lo que se ha ligado al menos a una quincena de muertes en varios países y afecta a vehículos de 19 fabricantes de todo el mundo.