El viernes cerró el mercado con el horizonte de los 10.600 puntos a la vista. Pero ayer el Ibex, tras cuatro días a la baja, tuvo fuerzas para detener la caída y girar en busca de los 10.700 puntos, nivel que superó durante muchas horas.

Pocos argumentos positivos encontraron los inversores para acompañar sus operaciones. La principal noticia se conocía el viernes: el BCE decretaba la liquidación de los bancos Veneto y Popolare di Vicenza para evitar su colapso. En esta ocasión, a diferencia del Popular, no se producía la resolución de ambas entidades, que pasan a depender de las ayudas públicas y las decisiones del Gobierno italiano. La parte saludable será adquirida por Intesa Sanpaolo y los activos tóxicos se incorporarán a un banco malo. Además, ni depositantes, ni tenedores de deuda senior pagarán las consecuencias de la liquidación. Solo resta por saber si la deuda subordinada también escapa a la pérdida de la inversión.

Los valores bancarios acogieron bien esta decisión, que puede evitar contagios en un sistema financiero vulnerable, y se pusieron a tirar del carro alcista desde el comienzo. Por otro lado, el índice alemán IFO de confianza empresarial alcanza este mes el máximo histórico con 115,1 puntos. El Ibex acabó con 10.696,60 puntos, tras recuperar un 0,62%. En Europa, más subidas: Fráncfort ganó un 0,29%, París, un 0,56%, y Londres, un 0,31%. Por valores del Ibex, los mejores eran Iberdrola (+1,92%) e IAG (+1,51%). También despuntaron Sabadell (+1,46%), Caixabank (+1,12%) y Bankinter (+1,10%). Entre los grandes, todos en verde, Santander subió un 0,86%, y BBVA, un 0,42%. El peor era Acerinox (-1,54%). En París, las alzas fueron lideradas por L'Óreal (+3,85%), mientras que Vivendi (-0,78%) registraba la mayor caída.