Beñat ZALDUA
DONOSTIA
Interview
ANDER ZURIMENDI
PERIODISTA, AUTOR DE “RECOJA SUS COSAS”

«Es difícil que de la batalla por el relato nazca una memoria plural»

Instalado en los Països Catalans desde hace años, Ander Zurimendi (Gasteiz, 1985) se ha embarcado en la labor de narrar, literalmente, el proceso de readaptación a la libertad de cinco presos afectados por la doctrina 197/2006. El resultado, “Recoja sus cosas” (Pol·len) se presenta hoy en la capital alavesa.

Hoy presenta en Gasteiz “Recoja sus cosas”. En primer lugar, ¿qué es, una novela basada en hechos reales, una crónica ficcionada de la realidad?

Es un intento de hacer periodismo literario, así que hablamos de la narrativización de unos hechos reales, que no es lo mismo que una ficción. Todo son hechos reales, pero en vez de darles forma de entrevista o información dura, he optado por hacerlo con una narración en la que hay diálogos, personajes, escenas y, por tanto, sentimientos, pensamientos, etc. Al intentar explicar la información de otra manera, intento conseguir la empatía del lector, sobre todo de un lector que no es cercano a esta problemática.

Que es la de los presos excarcelados tras la derogación de la doctrina 197/2006...

Fue un atropello jurídico increíble, y el libro pretende explicar cómo estas personas lo sufrieron. Hubo quien estuvo hasta cuatro años y diez meses más de lo que le correspondía en la cárcel.

¿Qué le ha permitido este formato situado a medio camino entre la narración novelística y el reportaje periodístico? ¿Cuáles han sido las razones para elegirlo?

Es una herramienta con la que puedes llegar a gente a la que no se llega habitualmente, permite empatizar. Desde la rutina diaria de un periódico a veces no existe la calma suficiente como para hacer este tipo de relatos y escrituras, capaces que generar esa empatía. Hay que asumir que ni con 10 portadas dominicales seguidas se va a conseguir que alguien que ya tiene una idea predeterminada en la cabeza, la cambie.

¿Cómo ha sido el trabajo previo a la escritura del libro?

Este trabajo se basa en unas entrevistas en profundidad con cinco personas que han estado presas durante 25 o 30 años, unas entrevistas realizadas durante semanas que dan la opción de intentar algo que de una forma un tanto pretenciosa podríamos llamar periodismo a fuego lento. Se trata sencillamente de dedicarle tiempo al trabajo. En este caso, a la observación de cómo estas personas trataban de readaptarse a la vida en libertad.

¿Qué se encuentra alguien tras tres décadas entre rejas?

En general, tras tantos años aislados, se pierden habilidades sociales. Desde las más anecdóticas, como pueden ser las tecnológicas, a las más psicológicas, que pasan por la sensación de agobio en las aglomeraciones. Los primeros días que cogían un metro o la primera vez que fueron a un concierto, dicen que se sintieron agobiados y que tuvieron que marcharse porque esas masas eran demasiado. Y luego hay otras readaptaciones mucho más duras y profundas, que son las que tienen que ver con el entorno familiar y de amigos. Los casos más claros son los de los hijos nacidos durante el encarcelamiento. El hijo o la hija solo conoce a su padre o a su madre a través de los vis a vis semanales con un cristal en medio, o de los vis a vis íntimos una vez al mes. La convivencia es una novedad que padres, madres, hijos e hijas tienen que trabajar y que a veces genera problemas, si bien en unos meses todo se recompone.

Resulta tentador enmarcar el libro en la llamada batalla por el relato. Sin embargo, ¿está de acuerdo en llamar batalla a la tensión entre los diferentes relatos sobre lo ocurrido en Euskal Herria?

“Recoja sus cosas” quiere ser una pequeña y muy humilde pieza del puzzle que es la memoria vasca. Presentarla como batalla o como guerra para mí no es un acierto. Yo no quiero contraponer “Recoja sus cosas” a “Patria”. Simplemente quería hacer una pieza honesta en la que se explican cosas que han pasado. Por el contrario, creo que otros libros pretenden lo que han llamado una derrota literaria de ETA, basada en un discurso de vencedores y vencidos. En esos parámetros difícilmente vamos a construir una memoria plural. Es profundamente deshonesto presentar “Patria” como la novela total sobre el conflicto vasco. Y sin embargo, también creo que está muy bien que Fernando Aramburu haya escrito esta novela, porque cada uno tiene que explicar lo que ha vivido y sufrido. El relato vasco será un relato de reconocimientos mutuos a múltiples bandas, por lo que prefiero hablar de puzzle que de batalla.

Sin embargo no todas las piezas disponen de las mismas condiciones en el tablero. ¿Ha tenido que tomar precauciones a la hora de publicar el libro?

Cuando me dijeron, antes de publicar el libro, que había que hacer una revisión jurídica, me quedé anonadado, pero es verdad que cualquier frase o cualquier palabra te puede llevar hoy en día a un delito de enaltecimiento del terrorismo. Además, el libro va con un prólogo de Arnaldo Otegi y un epílogo de Alfon escrito desde Navalcarnero. Al final hubo que suprimir algunas frases que a mi entender eran absolutamente inocuas, lo cual te lleva a pensar en lo mucho que se está recortando la libertad de expresión.

¿Por qué en una editorial catalana como Pol·len?

Inicialmente intenté que el libro fuera publicado en alguna editorial de Madrid. Lo hice conscientemente, porque pensaba que así podría llegar al público que más me interesaba, que era el que menos conoce el conflicto vasco. Pero no pudo ser. Entonces lo moví por Catalunya y Pol·len, una pequeña editorial cooperativista catalana, lo llevó adelante.