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NUEVA DELHI

India vota para elegir como presidente del país a un «intocable»

Los dalits o «intocables» de India asisten escépticos al primer duelo por la Presidencia del gran país entre dos miembros de esta marginada comunidad, al criticar que se trata de una «medida estética con tintes electorales» mientras su gente sigue condenada a labores como la recolección manual de heces o la gestión de los cadáveres de animales.

Los legisladores indios votaban ayer para elegir al próximo presidente del país, que procederá de la casta más baja de India, los dalits («intocables»), en unos comicios que podrían reforzar la posición del primer ministro, Narendra Modi.

Una victoria del candidato de Modi, Ram Nath Kovind, un casi desconocido próximo al movimiento nacionalista, consolidaría el control del hombre fuerte de India en el poder y le permitiría ganar puntos dentro de la comunidad dalit, de 200 millones de personas, de cara a las legislativas de 2019 –se presentará para un segundo mandato–.

Por su parte, la oposición también presentó un candidato salido de los dalits, la exdiplomática Meira Kumar, para tratar de arrancarle potenciales electores a la formación de Modi.

Unos 4.900 legisladores de todo el país decidían ayer quién será el próximo jefe del Estado, cargo principalmente honorífico, que reemplazará al presidente saliente, Pranab Mukherjee.

A causa del peso del partido Bharatiya Janata Party (BJP, en el poder en Nueva Delhi) y de sus aliados en el colegio electoral, Kovind, un exabogado de 71 años, tiene muchas opciones de resultar elegido. La víspera de las elecciones, Modi elogió en Twitter la atmósfera de «dignidad» en la que se había desarrollado la campaña.

La líder de la oposición, Sonia Gandhi, dijo que estos comicios son un «choque de ideas» e instó a rechazar «la visión estrecha, divisiva y comunitarista» de India que, según ella, abandera el poder vigente.

Ram Nath Kovind es un político de perfil bajo, gobernador de Bihar (norte). La aspirante de la oposición, Meira Kumar, ha ocupado varios cargos de ministra.

«El debate siempre ha sido sobre los méritos y deméritos de los candidatos, pero nunca sobre su casta. Pero cuando un dalit se pone en pie, entonces todo esto queda relegado», sentenció Kumar en junio.

Si el nombramiento de Kovind fue una sorpresa, el de Kumar, una necesidad, sobre todo tras el debate desencadenado dentro del Partido del Congreso y sus aliados sobre la imposibilidad, según dijeron algunos, de oponerse a un candidato presidencial dalit.

Sin embargo, dentro de la comunidad conocida antiguamente como «intocable» y rebautizada más tarde como dalit para evitar las connotaciones negativas del término, este duelo entre dos de los suyos suena postizo, un intento de ganarse a un grupo que representa el 16% de los 1.250 millones de indios.

«Kovind nunca alzó la voz cuando sucedían atrocidades contra los dalits. Nació dalit, pero nunca nos ha representado. Representa a los partidos ante la casta dalit», afirmó Bezwada Wilson, activista contra la recogida manual de heces, una labor ancestral que siguen practicando unos 300.000 «intocables».

Unos votos cada vez más importantes para el primer ministro

Las castas altas han sido tradicionalmente el granero electoral del BJP, pero dicha fuerza trata de conseguir votos entre la comunidad dalit, marginada social y económicamente por estar considerada la más baja en la jerarquía de castas, para así intentar extender su base electoral. Unos votos que han ganado importancia para Modi, que ya no puede contar con los votos de la comunidad musulmana (un 14% de la población india) debido a la crispación identitaria que ha emergido bajo su mandato.GARA