GARA
DONOSTIA

El doble juego de CNA deja en el aire el acuerdo con el comité de Edesa

El doble juego de la dirección de Edesa Industrial dio lugar a la confusión a última hora de la tarde del jueves: mientras el comité de empresa valoraba positivamente lo acordado en una reunión bilateral, la otra parte planteaba por otra vía el despido de la mitad de la plantilla. Ayer, el comité expresó su malestar ante la situación creada.

En el acta de la reunión entre el comité de empresa de Edesa Industrial-Geyser Gastech, por un lado, y la dirección –representada por el director de Recursos Humanos, Gaizka Blasco Zuloaga–, por otro, consta que ambas partes llegaron a un acuerdo para que, «ante el planteamiento efectuado de la reducción de puestos de trabajo» y «a los efectos de llegar a una situación que permita posicionar a la empresa en una situación de rentabilidad y de mantenimiento de los máximos puestos de trabajo posibles», «la negociación disponga de la máxima colaboración para que la aplicación del plan de viabilidad tenga una eficacia lo más rápida posible».

En el documento suscrito el jueves se señala en primer término que la dirección «pone en conocimiento del comité de empresa que, como consecuencia del anuncio efectuado del plan de viabilidad (....) efectuará la oportuna comunicación ante el Departamento de Empleo y Políticas Sociales de proceder a la retirada del expediente presentado de extinción de contratos de la sección de lavado».

Los representantes de los trabajadores entendieron que, de esta forma, CNA –el grupo catalán al que pertenece Edesa y que cuenta con licencia para utilizar la marca Fagor– aparcaba su idea de cerrar la planta de Garagartza, en Arrasate, y despedir a la mitad de los 350 trabajadores de la compañía. Pero, como pudieron constatar más tarde, esto no es así, aunque ayer el propio director de recursos humanos les remitió la solicitud formal en la que solicita que se dé por «desistido» el citado expediente de extinción de contratos.

Por su parte, el comité se comprometió a formar una comisión negociadora y a «intentar incluir en la mesa de reuniones del plan de viabilidad a la Corporación Mondragon y a representantes del Gobierno Vasco». La mención a la Corporación Mondragon se hace en cuanto a «propietario de la marca» Fagor, aunque Edesa Industrial no tiene relación directa con el grupo cooperativo.

«Enfado mayúsculo»

Visto lo visto, ayer el comité de empresa hizo pública una nueva nota en la que se refleja claramente su enfado: «Expresamos nuestro absoluto rechazo a la decisión que ayer tomó la dirección debido a que no se corresponde con lo expuesto en la reunión que mantuvimos con ellos. No es, para nada, un buen punto de partida que se juegue de esta manera con el futuro de 350 personas».

Los vaivenes de los responsables de CNA también están molestando a las instituciones que se ven obligadas a interesarse por el futuro de esta compañía. Así, la alcaldesa de Arrasate, la jeltzale María Ubarretxena, criticó ayer la «falta de transparencia» con la que ha actuado Edesa Industrial a la hora de trasladar sus planes para la factoría de Garagartza y acusó a la dirección de «jugar con la esperanza de los trabajadores».

En declaraciones a Radio Euskadi que fueron recogidas por Europa Press, aseguró que el «enfado» de la Alcaldía «es mayúsculo para con la empresa», puesto que, según explicó, «desde el día 3 de julio todavía estamos esperando que se pongan en contacto con nosotros para darnos cualquier explicación».

«Hemos hablado por teléfono con ellos, se nos ha dado plantón varias veces, y todavía, a día de hoy, no hemos conseguido que ningún responsable se siente a trasladarnos cuál es la situación real de la empresa», añadió.

Recordó también que en Semana Santa la empresa trasladó que «todo iba muy bien». «Se hizo una asamblea con los trabajadores, se les trasladaron unos mensajes positivos, y no entendemos que la situación haya podido cambiar tan drásticamente y en tan poco tiempo», comentó la alcaldesa.

Urkullu, «con las empresas»

Por otro lado, el lehendakari Iñigo Urkullu, que acudió ayer a la inauguración de la nueva fábrica de Bombas Azkue en Zestoa, dijo que «las empresas» «tendrán siempre cerca» el apoyo de su Gobierno y reiteró su confianza en la industria como «motor de la economía».

Urkullu, que en los últimos tiempos no ha visitado ninguna de las empresas que se encuentran en crisis para reunirse con los representantes de los trabajadores o con las direcciones implicadas, incidió en que el Ejecutivo «confía en las empresas».