Iosu GANUZA
Lakuntza

Hatortxu Rock: aniversario, grupos con historia y no tanta popularidad

Un buen festival necesita nombres claros, directos y de pegada, pero quedaría indefenso si entre los aclamados no hubiese propuestas por descurbrir. Esas con las que el aficionado se lleva una sorpresa y que de inmediato se apunta en su agenda. Sugerencias que permiten sentarse o tumbarse bajo la carpa de sus sonidos. También las que sin aglomeraciones te invitan a bailar con todo el espacio para el inquieto. Descubramos otro de los posibles «Hatortxus».

Flamarike define su estilo como «camaleónico», ya que les gustan todo tipo de estilos y no se cierran en banda a ninguno de ellos. Esta enriquecedora fusión de estilos se debe a que, a lo largo de su carrera, han trabajado «con mucha gente, artistas de todos los estilos». La innovación será también lo que lleven a Hatortxu Rock 20. Y es que Txuma Flamarike confía en que la propuesta que llevaremos los Zaratamakers a Lakuntza llegue a la juventud. «Creo que a los jóvenes también les gusta el rock más allá de la era del ‘MeGusta’, ‘MiraMiVideo’ y demás basura musical que se nos cuela por todos lados», afirma.

Los Zaramakers sí, pero Txuma Flamarike no es nuevo en Hatortxu Rock. Fue miembro de Tximeleta, que, cómo no, también estará en el festival solidario. De aquellos años en los que integraba la banda, de su paso por el festival recuerda «una organización impecable, difícil de mejorar» en comparación con otros festivales con gran fama «que tienen peor organización y eso que se supone que son profesionales».

A Flamarike le impresiona «la solidaridad mostrada en el festival –«no tiene rival» –dice–, así como «el número de personas implicadas en la organización. Pero, en sentido opuesto, le entristece el hecho de tener que «organizar este tipo de actos, porque los presos estén fuera de Euskal Herria». Txuma Flamarike presenta su tercer proyecto, esta vez con The Zaratamakers, dando un giro desde el jazz-fussion hacia el rock americano.

De una forma más poética, y enunciando a Fidel Castro, el grupo El Diluvi, desde Alcoy, Valencia, define la solidaridad de Hatortxu Rock de esta forma: «Quien no sea capaz de luchar por otros, no será nunca suficientemente capaz de luchar por sí mismo. Actuar en este festival es una forma de demostrar que creemos en la solidaridad entre personas y pueblos y dan su apoyo a quienes creemos que lo necesitan».

El Diluvi apuesta por la fusión: cumbia, reggae, rumba, folk y música tradicional valenciana.

Lejos de casa, la recepción que han tenido siempre ha sido muy buena. «Quizá se deba a que somos un grupo que intenta transmitir sencillez, buen humor, y dosis de alegría».

Nunca dejan de lado su «mensaje político», pero siempre tratando de dar «un toque alegre a las noches». Guardan un gran recuerdo de Euskal Herria: «Hemos estado en Bilbao y Leitza y de los dos sitios guardamos grandes recuerdos, especialmente del último». El Diluvi afirma que es más que un placer poder pisar el escenario y «mostrar nuestro apoyo al festival, a los familiares y a las personas que siguen en estos momentos dispersadas, presas...».

Nunca falla la electrónica

Desmontando el mito de que la música en Euskal Herria no evoluciona, se presentan Chit Chat Sex Band. El grupo iruindarra surge de un proyecto de Iñaki Kreator, quien cambió el hardcore punk de Karkoma por lo electrónico, de la mano de su colega Txema, que fue quien lo introdujo en los sonidos electrónicos. «Al inicio de los 90 viajábamos a Londres a comprar vinilos, era el comienzo de la escena electrónica en Euskal Herria. En esa época fue –recuerda Kreator– el boom de raves, garitos, salas y afters; locales sumergidos en el tecno».

Kreator inició entonces su andadura como DJ en el recordado Club Scream de la vieja Iruñea, después entraría en Más y Más. Ahí adquirió el nombre artístico de Chit Chat. Sampler, estadounidense afincado en Euskal Herria, se unió al proyecto en 2004, cuando «unos amigos nos presentaron y ahora soy cocreador del sonido e imagen de la banda».

En 2012 editan su primera referencia “War Cry”. En 2014 fichan al polifacético Pablo, formado en conservatorio, quien se encarga de pianos, teclados y «otros sonidos analógicos», lo que añade calidad al proyecto.

«El estilo lo marca que a diferencia de la mayoría de artistas que tocan música electrónica en directo, nosotros no usamos ordenador y no hay nada presecuenciado», subrayan los promotores del proyecto. «Un directo que nunca suena dos veces igual». La improvisación sobre sus temas, y autoversiones, logran que el grupo se adapte al público y al ambiente. Sintetizan estilos electrónicos europeos y americanos, «incorporando elementos del electro, tecno, EBM, punk e incluso pop y soul», subrayan.

Adelantan que en Hatortxu Rock «caerán versiones variopintas de bandas como Front 242 (nuestros padrinos EBM), Radiohead, Madonna, Marvin Gaye, o David Bowie.

Acostumbrados a actuar en pequeños garitos, el saltar al escenario de Lakuntza supone un reto y «tenemos muchas ganas de dar lo mejor de nosotros»

Occhi di Farfalla

También de un dúo (Miren Aranguren, voz, y Hodei Esteban, guitarra de recursos desde Zarautz) surge el ahora cuarteto Occhi di Farfalla. Comenzó su andadura en 2013 como proyecto acústico, y tras «una gira por Europa nos entraron ganas de seguir con ello».

El paso a cuarteto surge a partir de la segunda gira y la grabación del segundo disco: «Es bonito ver crecer a la familia». Con un fuerte apoyo entre el público aficionado al rock minimalista, quizá no sea uno de esos pequeños grupos desconocidos, pero sí uno de esos proyectos que mucha gente tiene pendiente descubrir.

«Para todo grupo es enriquecedor salir de casa y para nosotros, muchos lugares ya son nuestra casa». En este aspecto apuntan que «en otros países, hay una actitud más abierta y protectora hacia la música innovadora y desconocida».

«Nosotros intentamos estar abiertos a todo lo que surge, más aún si es desde nosotros mismos y no nos cerramos en un estilo». Y es que han pasado «de un sonido acústico, a un tono rock y electrónico» y, añaden riendo, «por qué no a algo más sinfónico o reguetón».

Respecto al festival afirman que «todos venimos del movimiento popular y al ser un festival de solidaridad nos sentimos cómodos». Opinan que artísticamente Hatortxu ha dado pasos cualitativos importantes «para mejorar, más allá de las carencias que podíamos detectar».

«Sobre el escenario habrá más mujeres que nunca», destacan orgullosos, «y esto es algo a tener en cuenta en festivales que nacen del pueblo.

El año pasado editaron “Lerroetatik ihes”, en formato cedé y vinilo, su segunda referencia.

Un resto

Un resto que no es un resto, sino lo que queda en la mente por inhabitual tres un recorrido por el cartel.

De hecho, navegar por el plan de Hatortxu Rock es reparar que un festival es de los “grandes” y de los “pequeños”, complementarios y necesarios.

Dakidarria es una veterana banda de pontevedra de ska punk y reggae, presenta “De Cuncas e de Mar”. Reencontrarse con el sonido de Lurra, la banda de Iñigo Muguruza, supone romper esquemas comunes y plantearse el buen gusto por el rock, por la canción.

Se cuenta con la rapera argentina Sara Hebe, sin inconveniente en añadir cumbia, reggae dancehall, funk a su repertorio, ya de tres discos; con los valencianos Auxili y su apuesta reggae; el country-folk de Jo & Swiss Knife; más Dremen: colectivo madrileño formado por dos productores, seis MCs y dos DJs. Se suman Skontra, sexteto desde Asturies con su punk-folk; Strombers, de Barcelona, con su reggae, cumbias, rumbas country...; Bultz (Elorrio-Abadiño), presentando su primer disco, punk-rock con gente de Iheskide y Kruders.