Ingo NIEBEL
BERLÍN

El Gobierno Merkel vacía el mensaje de Herzog de 1997 sobre Gernika

Hace 20 años el presidente alemán Roman Herzog se dirigió exclusivamente a los supervivientes del bombardeo de Gernika. Ahora la canciller, Angela Merkel, usa su carta como si fuera un mensaje general a todos aquellos que sufrieron bombardeos de la Legión Cóndor. Die Linke lo critica y reclama más implicación.

Durante la visita de la canciller Angela Merkel al Estado español en 2014, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica le exigió que reconociera «la enorme culpa» de Alemania respecto a las víctimas de la guerra del 36. Con motivo del 80 aniversario del bombardeo de Gernika cumplido el pasado mes de abril, el partido socialista Die Linke (La Izquierda) envió una veintena de preguntas al actual Gobierno alemán, para saber en qué forma había reaccionado a esta demanda de la asociación.

El Ejecutivo responde escuetaamente y remitiéndose sobre todo a la carta que el presidente alemán Roman Herzog hizo pública con motivo del 60 aniversario del bombardeo de Gernika. Sin embargo, a la vez la vacía de contenido al darle un carácter general.

En 1997 Herzog fue muy explícito y se dirigió expresamente a los gernikarras. El presidente federal quería zanjar el debate político que en Alemania se había originado por que la coalición de la CDU con el Partido Liberaldemocrático (FDP), liderada por Helmut Kohl, no quería cumplir su promesa de invertir millones de marcos en la construcción de un centro de FP en la villa, lo que afectaba incluso negativamente al hermanamiento Gernika-Pforzheim.

Que en 1997 Herzog se limitara exclusivamente a los supervivientes de Gernika se explica por que a todos los gobiernos de la RFA les unía la voluntad de no pagar por los daños materiales y personales que la Legión Cóndor causó en toda la guerra. Desde el punto de vista jurídico les favorecía el hecho de que la contienda no fuese juzgada en los procesos de Nuremberg. Por eso, solo a partir de los años 90 Berlín hizo algunos gestos aislados reconociendo la culpa contraída por el nazismo en ciertos casos.

Así, antes de la carta de Herzog a los gernikarras, en 1990 Kohl, junto con el presidente francés François Mitterrand, reconoció ante el president catalán Jordi Pujol la responsabilidad de Berlín y París en la entrega de Lluis Companys al régimen franquista, que lo fusiló en 1940. Y en 2016, la Embajada alemana de Madrid respondió a la Federación Asturiana de Memoria y República (Famyr) en otro gesto aislado y poco conocido: «Lamentamos profundísimamente las heridas, la muerte y destrucción que la Legión Cóndor, enviada por la Alemania nacionalsocialista, infligió a España y a los españoles. La República Federal de Alemania se distancia decididamente del régimen nacional socialista y sus crímenes».

Hunko: «Verdadero desprecio»

Tras este último episodio, «el trato que el Gobierno Federal da a la responsabilidad alemana por el bombardeo de Gernika en 1937 es un verdadero desprecio», sentencia el diputado de Die Linke, Andrej Hunko, quien interpeló al Ejecutivo Merkel. «Parece que un polideportivo y referirse a las declaraciones del presidente federal de hace 20 años le parecen ser suficientes gestos de reconciliación», ha declarado. Hunko, quien en su día visitó a Arnaldo Otegi en la cárcel, critica también que Berlín eluda calificar el bombardeo de «crimen de guerra» y lo limite a acción «contra el Derecho Internacional».

En su tibia respuesta se esconde el interés del Gobierno alemán por preservar el actual estado de las relaciones con el Ejecutivo español. Al menos el Gobierno alemán sí ha optado por la ortografía vasca a la hora de referirse a Gernika en sus respuestas...