Dabid LAZKANOITURBURU

Trump suelta lastre pero sigue en el ojo del huracán

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha soltado lastre tras la dimisión-destitución de su hasta ahora consejero e ideólogo de la Alt-Right Steve Bannon. Pero sigue en el ojo del huracán por la polémica en torno a su ambigüedad-equidistancia a la hora de condenar la violencia fascista de los supremacistas blancos y del Ku Klux Klan.

La salida de la Casa Blanca del consejero presidencial Steve Bannon, rumoreada varias veces en los seis meses que ha estado en el cargo, pero formalizada oficialmente el viernes, pone colofón a una de las semanas más catastróficas de la presidencia de Trump y le permite mandar un mensaje de apaciguamiento desde su Administración a los senadores y representantes del establishment republicano, exasperados por las amenazas de ese agitador de 63 años que prometió el advenimiento de «un nuevo orden político en América».

Azote de las élites liberales, Bannon regresará a su anterior trabajo como presidente ejecutivo de Breitbart News, un portal d internet que es la plataforma de la Alt-Right", la autodenominada «derecha alternativa», marca más joven de la ultraderecha estadounidense. No obstante, el que fuera hasta hace dos días estratega jefe de la Casa Blanca suscitó con sus declaraciones más interrogantes que respuestas a su papel futuro.

Y es que, aunque aseguró que «la Presidencia de Trump por la que luchamos, y ganamos, ya no existe», reiteró que «todavía tenemos un movimiento grandioso, y vamos a sacar algo de esta presidencia (...) Si queda alguna duda por ahí –afirmó– déjenme ser claro: Me voy de la Casa Blanca y salgo a la guerra por Trump y contra sus opositores en el Congreso, los medios de comunicación y las corporaciones. Ahora soy libre (...) voy a machacar a la oposición. No hay duda. Construí una jodida máquina en Breitbart», alardeó.

Insuficiente

El anuncio de su salida llega en un momento crítico, con Trump asediado a diestra y siniestra por su insistencia en equiparar la violencia fascista de los supremacistas blancos y las protestas antifascistas.

No obstante, desde las filas republicanas siguen las críticas a su «equidistancia».

El que fuera candidato a la Casa Blanca, Mitt Romney, evocó «un momento decisivo para Trump» y le instó a presentar sus excusas. Hasta su propio jefe de gabinete pareció criticarle al condenar sin ambigüedad alguna el racismo.

James Murdoch, hijo del magnate de la prensa Rupert Murdoch –íntimo de Trump– denunció la «retórica odiosa» del presidente y añadió que permanecer en silencio sería ser cómplice. Duras palabras del patrón de Fox News, la cadena de los electores que auparon a Trump.

Y es que, paradoja, la posición de Trump sobre los supremacistas «perdedores» fue criticada por el propio Bannon.

Con la salida de Bannon se completa la renovación total del equipo presidencial

Tras la destitución de Sean Spicer y de Reince Priebus, respectivamente portavoz y secretario general de la Casa Blanca, la salida de Bannon completa la renovación en profundidad del equipo que se instaló en el 1.600 de la calle Pensilvania el 20 de enero, tras la victoria sorpresa de Trump sobre Hillary Clinton.

Permite en particular a John Kelly, general en retiro que sucedió a Priebus, reafirmar su posición en un equipo donde desde su formación, reina el caos más absoluto. Bannon estaba en guerra abierta con Jared Kushner, yerno y asesor predilecto del presidente; con el principal asesor económico, Gary Cohn y con el asesor de seguridad nacional, H.R. McMaster, con quien rivalizaba al rechazar un refuerzo militar en Afganistán. Sus declaraciones sobre Corea del Norte habrían sido la gota que colmó el vaso de la paciencia de... Kelly. D.L.