Maite UBIRIA BEAUMONT
BAIONA

El recorte en la Función Pública, eje de una protesta con unidad sindical

La convocatoria de una nueva jornada de movilización en el Estado francés, esta vez para protestar por los recortes en la Función Pública, permitió restaurar la unidad sindical. En Baiona, el Frente Social volvió a reclamar una movilización general y LAB rechazó también la lógica de sectorización y abogó por anclar la negociación en Euskal Herria.

Tras las movilizaciones contra la reforma laboral impulsada por el Gobierno francés, contra la pérdida de poder adquisitivo de las pensiones y en protesta por la situación del sector del transporte, ayer fue el turno de la Función Pública.

Los sindicatos estatales, esta vez unidos, llamaron a la huelga para rechazar la supresión de 120.000 puestos de funcionarios que plantea el Ejecutivo.

El peso específico del sector y esa unidad sindical, que no se producía desde hace diez años, hacían presagiar un éxito importante al llamamiento, y así lo vino a corroborar desde su primera reacción oficial el propio Ejecutivo.

De hecho, Christophe Castaner, portavoz del Gobierno, declaraba incluso antes de que arrancaran las marchas convocadas por los sindicatos que «es una movilización importante y es necesario escuchar las preocupaciones de los trabajadores».

Lo que no le impidió, a remglón seguido, defender las refomas del Gobierno y desmentir las denuncias de pérdida de poder adquisitivo enunciadas por los funcionarios.

Educación y Transporte

La huelga se dejó sentir de forma importante en el transporte de las grandes ciudades y también en aeropuertos, aunque en el segundo caso por una convocatoria sectorial. Así ocurrió en Euskal Herria, donde el Aeropuerto de Biarritz se vi&bs;ó obligado a suspender media docena de vuelos de ida –otros tantos no llegaron– por la huelga de los controladores aéreos.

No fue tan importante la afección en el transporte ferroviario, ya que la SNCF la CGT no se sumaron a la jornada de huelga.

El paro se dejó sentir en Sanidad y, especialmente, en Educación. La huelga tuvo gran incidencia en maternal y primaria, aunque en aplicación de la ley se aseguró la acogida de los niños y niñas, por lo habitual en centros de aire libre. Fue el caso de Baiona, donde cerraron 24 de las 29 escuelas públicas.

La capital labortana acogió una marcha que congregó a 2.200 personas, según fuentes sindicales, y que partió de la Bolsa de Trabajo, en Saint Esprit, para alcanzar el Ayuntamiento tras cruzar el puente rojo.

Aunque la convocatoria estatal se limitaba a la Función Pública, en Euskal Herria el Frente Social y el sindicato LAB extendieron el llamamiento a todos los sectores. El sindicato abertzale alertó sobre los riesgos de un calendario de protestas «parciales y aisladas» que «no hará retroceder a Macron». En el diálogo con el resto de sindicatos LAB aboga por dotar a los trabajadores vascos de instrumentos de negociación para bloquear esas reformas.

Etxebizitza sozialen salmenta, Estatuaren kutxa betetzeko

Emmanuel Macronek onartu duen beste erreforma batek, etxebizitza sozialei dagokienak, gogor kolpatuko ditu herri sektoreak. Gobernuak murriztu egin nahi du etxebizitza sozialen parkea. Bere asmoa da urtero 40.000 HLM (bizitoki sozialak) salgai jartzea. Alokairuan bizi diren herritarrak babesteko jarduten duen CSFko kidea den Pierre Iratzabalek “Mediabask” atariari azaldu dionez, «Euskal Herrian soilik 7.500 herritar itxaron zerrendan daudenean, bizitoki horien salmentak zeharo zailduko du beraien desmartxa». Hortaz gain, etxebizitzak alokatzen dituzten jabeek APL deituriko diru laguntzaren murrizketa beren gain har dezatela nahi du gobernuak. «Jabeek diru gutxiago hartzen badute alokairuan etxebizitzetan mantentze-lanak apalduko dituzte, horrek bizitokien narriadura eta oro har bazterketa soziala areagotuz», ohartarazi du Iratzabalek. M.U.