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Kurdistán Sur amaga con cerrar sus fronteras ante las amenazas de Irak

El Gobierno autónomo de Kurdistán cerró durante unas horas las comunicaciones por carretera con Mosul por temor a que las fuerzas de Bagdad lancen un ataque como represalia por el referéndum. El Gobierno iraquí desmiente que prepare una guerra.

La región autónoma de Kurdistán levantó ayer barreras que cortaron las dos carreteras principales que unen Erbil –capital de la región– y Mosul, al constatar la movilización de tropas iraquíes frente a sus posiciones.

Aunque Bagdad desmintió estos preparativos, los kurdos temen un agresión militar y, tras el referéndum de independencia, se ha desatado una guerra de nervios con constantes amenazas sobre Kurdistán desde Irak y estados vecinos.

Las dos carreteras se reabrieron a las pocas horas, según las autoridades kurdas, que indicaron que el cierre se debía al temor a un posible ataque de las fuerzas iraquíes en las zonas disputadas de Kirkuk y Mosul.

«Hemos recibido peligrosos mensajes según los cuales las milicias de Hasd al-Shaabi y la Policía federal preparan un gran ataque desde el sudoeste de Kirkuk y el norte de Mosul contra Kurdistán», advirtió el Consejo de Seguridad del Gobierno autónomo.

Pero desde Bagdad se lanzó un mensaje contrario. «No vamos a utilizar nuestro Ejército para combatir a nuestro pueblo o llevar a cabo una guerra contra nuestros ciudadanos kurdos u otros», afirmó el primer ministro iraquí, Haider al-Abadi.

«Nuestro deber es mantener la unidad del país, aplicar la Constitución y proteger a los ciudadanos y a las fuerzas nacionales», añadió.

Igualmente, el general Yehya Rassul, portavoz del mando que coordina a todas las fuerzas de Bagdad, aseguró que la misión de las fuerzas iraquíes «es combatir a un solo enemigo, el ISIS», y añadió que «el diálogo entre el Gobierno iraquí y Kurdistán resolverá el problema». «No es la primera vez que llegamos a las líneas del frente de los peshmergas, como en Tal Afar y en Hawiya, y no olvidamos el papel que juegan los peshmergas», añadió en tono conciliador.

En esta guerra de nervios, un tribunal de Bagdad, a petición del Gobierno iraquí, ordenó el miércoles la detención de los organizadores del referéndum. Irak interrumpió, además, las conexiones aéreas entre Kurdistán y el extranjero, y ha exigido el control de los recursos petroleros y empresas de telefonía móvil, entre otras amenazas.

Dispuestos a dialogar

Por su parte, el Gobierno regional kurdo aseguró que está dispuesto a dialogar con las autoridades iraquíes sobre el estatus de los aeropuertos, los puestos de control y los bancos. «Para impedir un castigo colectivo, traslado de nuevo al primer ministro, Haider al-Abadi, que estamos preparados para cualquier forma de diálogo y nego- ciación de acuerdo con la Constitución iraquí», indicó el Ejecutivo de Erbil.