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Cientos de muertos en un terremoto en Kurdistán

El terremoto ocurrido en la noche del domingo en Kurdistán Oriental y Sur dejó más de 400 personas muertas y miles de heridas. Con una intensidad de 7,3 afectó sobre todo al este kurdo, en el Estado iraní, donde se derrumbaron edificios y las carreteras, el suministro eléctrico y las comunicaciones quedaron cortadas.

Más de 400 personas murieron y unas 7.000 resultaron heridas en el devastador terremoto de magnitud 7,3 que se registró la noche del domingo en Kurdistán Este y Sur.

La Organización Nacional de Gestión de Desastres de Irán elevó a 395 el número de víctimas mortales por el seísmo, que también causó 6.650 heridos solo en el territorio administrado por ese país. El terremoto afectó especialmente a la provincia de Kermansha y, en particular, a la localidad de Sarpol-e Zahab, situada a unos 15 kilómetros de la frontera con Irak y donde se contabilizaron la mayoría de los fallecidos.

El terremoto agrava la precaria situación que viven los kurdos de esta región, sometidos además a la represión iraní.

El ministro del Interior iraní, Abdolreza Rahmani Fazli, indicó que «la noche ha hecho difícil que los helicópteros vuelven a las zonas afectadas», agregando que «algunas carreteras han quedado cortadas. Estamos preocupados por las aldeas más remotas», mientras aún quedaban personas bajo los escombros.

Varios edificios se hundieron en zonas rurales, mientras en las estructuras de otros aparecían grietas. El seísmo provocó, además, cortes en las líneas de teléfono y en el suministro eléctrico y de Internet.

El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, ordenó que todas las capacidades del país se activaran para evitar un incremento en la cifra de víctimas.

Por su parte, las autoridades de la región autónoma del Kurdistán, en Irak, cifraron en ocho los muertos en el territorio y en más de 300 las personas hospitalizadas.

Los daños más graves se registraron en Darbandijan, unos 75 kilómetros al este de Suleimaniya. «La situación es muy crítica», resaltó el ministro kurdo de Sanidad, Rekaut Rashid, quien explicó que el principal hospital del distrito sufrió graves daños y se quedó sin suministro eléctrico, por lo que los heridos fueron trasladados a Suleimaniya. Darbandijan, en las montañas del Kurdistán iraquí, amaneció conmocionada en medio de los escombros. Allí murieron cuatro de las ocho personas que fallecieron en todo Irak como consecuencia del temblor. Y según los habitantes, la amenaza aún planeaba sobre el lugar, con el temor a posibles réplicas y a que se produzcan fisuras en una presa cercana, en el río Diyala.

Nizar Abdullah pasó la noche con otros vecinos inspeccionando las ruinas de la casa anexa a la suya. La edificación de dos pisos que se levantaba en el lugar no era más que una inmensa pila de piedras y cemento.

«En el interior había ocho personas», contó a AFP. Algunos miembros de la familia pudieron escapar a tiempo, pero «a la madre de familia y a uno de los hijos los sacaron muertos de entre los escombros algunos vecinos y miembros de los servicios de rescate», afirmó.