Mikel INSAUSTI
EN REALIDAD, NUNCA ESTUVISTE...

El cine de acción violenta ya no está reservado solamente para los hombres

Las mujeres cineastas nunca lo han tenido fácil, pero menos aún ahora que se atreven a tocar géneros tradicionalmente reservados a los hombres. La escocesa Lynne Ramsay ha tardado seis años en estrenar su nuevo y cuarto largometraje, a pesar del éxito y reconocimiento internacionales obtenidos con su muy personal realización previa “Tenemos que hablar de Kevin” (2011). El prolongado paréntesis se debe a que tuvo que abandonar el rodaje del western “La venganza de Jane” por diferencias con el productor, siendo sustituida por Gavin O’Connor, que terminó el proyecto de una forma muy diferente a como la de Glasgow lo había concebido en un principio.

Por la misma razón que a Kathryn Bigelow no le dan grandes presupuestos, a pesar de haber demostrado ser una consumada maestra en el cine de acción violenta, Lynne Ramsay ha tenido que economizar y agudizar el ingenio para volver con una película pequeña, pero de las que dejan huella. Con “En realidad, nunca estuviste aquí” recibió en Cannes el premio al Mejor Guion, junto al de Mejor Actor para Joaquin Phoenix, que se encuentra entre los favoritos para el Óscar de su categoría. Este tenso e intenso thriller adapta una novela corta de Jonathan Ames en menos de hora y media de duración.

Todo va muy ajustado y calculado en la película, que es un ejercicio de estilo en torno a un clima sórdido de bajos fondos ya muy tratado en el cine. En consecuencia no han faltado las comparaciones con “Taxi Driver” (1976), por el personaje del atormentado justiciero que impulsa el relato. Pero, más allá de la influencia de Martin Scorsese, nadie parece haberse fijado en la de Paul Schrader y “Hardcore” (1979), puesto que el protagonista también busca a una adolescente que está siendo explotada por una red de trata de blancas. En este caso la chica secuestrada es la hija de un político.