Joseba ITURRIA
REAL

Un equipo cansado y desquiciado

Los realistas dejaron en evidencia sus problemas para jugar dos partidos a la semana y no tuvieron frescura ni el más mínimo acierto.

REAL SOCIEDAD 0

MÁLAGA CLUB FÚTBOL 2

 

Jorge Valdano dijo en su día que el fútbol es un estado de ánimo y el de la Real está por los suelos tras encajar ayer su cuarta derrota consecutiva. Y lo peor no es el resultado, ni que le faltara frescura o trasmitiera cansancio físico y mental, sino la imagen de equipo desquiciado que dio ante una afición que se marchó más preocupada que enfadada.

Porque la Real encadenó su cuarto partido sin ganar en el estadio ante rivales que llegaban con problemas. Si la temporada pasada Anoeta fue un campo muy complicado, ahora tiene efectos balsámicos. El Las Palmas empató tras ocho derrotas de Liga seguidas. De la misma manera que un Segunda B como el Lleida ganó cuando llevaba siete partidos sin ganar, seis sin marcar. También el Zenit ganaba el jueves en su peor momento, con dos victorias en las últimas siete jornadas de una Liga en la que es el equipo más poderoso, y el Málaga rompía ayer una racha de siete salidas sin puntuar, seis sin marcar un gol.

Y de todos esos partidos el de ayer fue el más preocupante porque no fue una mala segunda parte, o unos errores puntuales, o una falta de remate... El partido no se puede analizar desde lo futbolístico, sino desde lo anímico. Es más profundo. Eusebio recurrió a los mismos jugadores que jugaron el jueves contra el Zenit con solo 61 horas entre ambos partidos con el único cambio obligado de la entrada de De la Bella en sustitución del lesionado Kevin Rodrigues y el equipo no respondió.

Tampoco puede sorprender porque la Real ha sumado 13 de sus 19 puntos en los cinco partidos que pudo preparar durante toda una semana mientras que lleva solo seis en los diez encuentros de Liga que ha jugado tras disputar otro tres o cuatro días antes. Y tres los logró ante un Eibar plagado de bajas y en problemas con seis cambios en la alineación que se paseó contra un Vardar que supuso menos desgaste que un partidillo de entrenamiento en Zubieta.

Maldita Copa

Tanto esa semana como en la vuelta copera ante el Lleida Eusebio hizo lo que debía, dar descanso a los titulares entre semana para sacar el mejor once en Liga y lo sucedido en la segunda parte ante el equipo catalán le ha llevado a apostar por su alineación de gala, a la que no solo le ha dado la responsabilidad de responder cada tres días, también de asumir la del partido de Copa mientras que el mayor responsable de ese desaguisado ayer ni se vistió y dentro de unos días se marchará con un homenaje mientras sus compañeros se quedarán con una situación muy difícil de manejar.

Porque si ese día la Real cumple en la segunda parte ante el Lleida como hizo en la primera, Eusebio seguramente habría introducido rotaciones ante el Zenit porque tampoco era tan importante ser primero o segundo. El técnico se equivocó el jueves al querer arreglar el desaguisado copero con su once de gala y no solo no lo consiguió, lo dejó muy tocado para jugar 61 horas después el partido más importante de la semana.

Y desde el comienzo se vio que al equipo le faltaba frescura cuando en el minuto 6 Oyarzabal remató de pena un centro perfecto de Januzaj en una situación inmejorable. El eibartarra no dio una en todo el partido, pero es que lleva 18 partidos jugados, 16 como titular, en dos meses y diez días. Y nunca para de trabajar. Como Odriozola, que no dio un centro bueno, y ha jugado ocho partidos completos en 36 días sin parar de correr la banda para adelante y para detrás, con la Real y con la selección española absoluta.

Estaban fundidos ayer. Y no solo ellos. Iñigo Martínez estuvo de horror y un grave error suyo, con la desgracia de que el balón rechazado quedó perfecto para Borja Bastón, permitió al Málaga adelantarse sin llegar a crear una sola jugada de ataque. Hasta ese instante la Real había tenido el control del partido, aunque sin más ocasión que la de Oyarzabal. Todavía fue más clara la que tuvo Willian José en el inicio del segundo tiempo, pero el brasileño remató al poste y en la siguiente jugada, desquiciado, fue a despejar el balón de forma absurda como si fuera un portero con la mala suerte de que el balón golpeó en su mano. Y Rulli fue capaz de parar ese segundo penalti y un veterano como Chory Castro estuvo más rápido que los defensas realistas para sentenciar el encuentro.

Porque la Real no tuvo ni capacidad de reacción ni el más mínimo acierto. De sus dieciocho remates solo dos fueron entre los tres palos y el mejor fue uno de Alberto de la Bella en el minuto 84 que encontró una gran respuesta de Roberto. Y eso que peores que los remates fueron los centros. Y es que cuando una cabeza no está bien no toma buenas decisiones y en el fútbol la clave está en acertar en ese último pase o en ese remate.

Y es difícil tener esa frescura o ese acierto cuando se acumulan los partidos. Porque muchos le criticaban a Eusebio por repetir alineación 61 horas después, pero mayores hubieran sido las críticas si hace lo que debía hacer y da descanso a media docena de titulares contra el Zenit, como las tuvo que escuchar por introducir diez cambios contra el Lleida. Por eso ya ayer alguno empezó a pedir la dimisión de Eusebio en Anoeta, cuando la solución no está en cambiar de entrenador sino en que, como los jugadores, acierte. Ahora hasta el 15 de febrero solo queda un partido entre semana ante el Sevilla, que no será fácil de afrontar sin una victoria en San Mamés. La Real tiene una semana, esta vez sí, para preparar este derbi y Eusebio y todo su equipo deberán recuperar a sus jugadores, tanto física como mentalmente, porque si no las Navidades no serán agradables...

 

Eusebio: «Es una situación como para estar preocupados»

Eusebio admitía tras la derrota que «es una situación como para estar preocupados ante la dinámica que tenemos, ver que no somos capaces de hacer un partido completo en el que merezcamos la victoria. Hay que darle la vuelta a lo que nos está pasando para ofrecer este nivel y para no tener la consistencia en 90 minutos para ganar alguno de los partidos. Requiere un análisis profundo, ver por donde nos estamos o me estoy equivocando para que el equipo no tenga la frescura y el dinamismo. Cuando lo tenemos somos un equipo fuerte y ahora no lo tenemos. Me preocupa más que sea un tema anímico. Estamos dándole la vuelta a lo futbolístico, a lo que debemos mejorar para que nos hagan menos goles, para generar ocasiones. Hemos visto que somos capaces de generarlas, de tener más acierto arriba, más eficacia, de tener un equilibrio que nos permita una mayor consistencia. Pero los síntomas de hoy son más de energía, de dinamismo, de alegría. Eso puede venir dado por alguna circunstancia que está ahí y debemos encontrarla para atajarla y dar la vuelta a esta dinámica».

Echó de menos ayer «la fluidez que tenemos habitualmente. Nos ha costado mucho darle el ritmo necesario para poder superar al Málaga, hemos tenido nuestras ocasiones y ellos con pocas han podido ganar. No hemos llegado a ser el equipo fluido y dinámico que queremos ser y debemos ver qué nos está pasando para tener estos resultados últimamente».

Preguntado por su decisión de alinear a los mismos jugadores utilizados el jueves ante el Zenit respondió que «entendía que después de lo que nos pasó en la Copa era un momento para dar continuidad a esos jugadores. El otro día las sensaciones fueron buenas. Perdimos, pero nos comportamos bien de manera cercana a lo que hemos dado en los mejores momentos. He querido darle continuidad, pero no se nos ha visto frescos y no conseguimos el dinamismo que requería el partido y nos han superado».

Mostró su esperanza de que el derbi sea un buen escenario para cambiar la inercia y explicó que la entrada de Zubeldia por Zurutuza fue una decisión técnica y no se debía a una recaída de su esguince.

Míchel, entrenador del Málaga, señalaba que «la Real es un rival que no es fácil de contrarrestar aunque no pase un buen momento. Hemos hecho las cosas bastante bien y la fe de los jugadores nos ha hecho ganar. Los de la Real pensaréis que vuestro equipo ha estado poco acertado, pero hemos hecho mucho para eso. Es un equipo que está sufriendo porque cuando le haces defender sufre. Hemos buscado nuestras bazas, nos hemos adelantado y, a parte de una buena parada de Roberto, me quedaría con que no hemos concedido ocasiones y que hemos hecho un buen partido». J.I.

Protagonistas

Rulli. No era un partido fácil el de ayer y tuvo algunos errores en el pase, menos que los demás, pero salvó el tipo y paró uno de los dos penaltis que le tiraron.

Odriozola. Estuvo como siempre generoso en las subidas al ataque, pero no acertó con los centros. De la Bella, con menos sobrecarga de partidos, tampoco estuvo mucho mejor en el centro, pero suyo fue el mejor remate.

Iñigo. Como ante el Zenit, un error suyo propició el 0-1 cuando hasta entonces el rival no había ni atacado. Estuvo irreconocible, mal en todas las facetas.

Illarramendi. Fue junto con Xabi Prieto uno de los dos que se mostraron más acertados y menos cansados. Zurutuza, tocado, tuvo que ser sustituido en el descanso.

Willian José. Tuvo el empate y lo desaprovechó y luego cometió un error en una acción impropia de un profesional. Januzaj dio un pase perfecto a Oyarzabal de salida y desapareció. El eibartarra estuvo totalmente desacertado.

 

Homenaje a Aitor Zabaleta antes y durante el partido

Los aficionados de la Real brindaron un homenaje a Aitor Zabaleta ayer antes del inicio del encuentro en el monolito levantado en su recuerdo al cumplirse 19 años del apuñalamiento mortal en el Vicente Calderón. Además en el minuto 12 fue ovacionado dentro del campo.

 

El Sanse empató en El Sardinero y sigue cuarto

El Sanse empató ayer en el campo del Racing (0-0) y sigue cuarto. El cadete ganó a la Cultural (0-9) y el infantil txiki al Beasain (1-3). El viernes el Easo ganó al Leioa (1-2) y el cadete txiki al Elgoibar (1-4) y el sábado el primer juvenil goleó al Athletic (4-1) y se le acerca a dos puntos y el infantil al Euskalduna (4-0).