Pablo CABEZA
BILBO
Interview
JOKIN GUILISAGASTI Y JULEN VALDERRAMA
BATERÍA Y GUITARRA DE ZE ESATEK!

«A todo el que pueda cantar mientras toca se le pone micro. Más es mejor»

No es sencillo mantener formaciones con numerosos componentes, pero los donostiarras Ze Esatek! celebrarán el año próximo su décimo aniversario. Además llevan ya cinco discos de estudio, uno en directo y varias colaboraciones y es asimismo una de las bandas que más conciertos ofrece en la etapa estival. Agitada actividad que les ha llevado hasta «Ibilita ikasten da erortzen», su disco más completo tanto por el pulido estilo y su apertura como por sus espléndidas composiciones y colaboraciones.

Ze Esatek! ha acertado en todas las decisiones que ha tomado para crear “Ibilita ikasten da erortzen”, un álbum que alimenta la tendencia a condensar el minutaje y centrarse en el puñado de canciones seleccionadas. Se dejan de lado posibles rellenos, canciones terminadas con apuros.. Por contra, a un disco ajustado en duración se le puede exigir que no flaquee desde ningún ángulo y Ze Esatek! no muestra debilidad alguna en sus ocho cortes. De hecho, cabe afirmar que es su disco más inspirado tanto por las acertadas composiciones como por la interpretación, arreglos y el impecable trabajo vocal realizado, donde, por otra parte, quien no canta aporta inspirados coros. Con esta maleta se viaja sin peso y repleto de razones como para sentirse orgullosos. Quizá ahora aparezca un problema derivado: qué se pasa a la reserva del repertorio e incluir estos ocho títulos que exigen titularidad.

Las colaboraciones no son la base del disco, pero sí conviene reseñarlas por su notoriedad y resultado: Alex Sardui (Gatibu), Pello “Skakeitan”, otra buena banda rítmica de Donostia y con quienes comparten algunas cualidades y amistad, Koban, emergente propuesta, Garazi de Eraul, otro proyecto singular, y Liv Wallace (Libe), vocalista con una capacidad llamativa para las versiones, según se puede apreciar en YouTube.

La primera vez que Ze Esatek! entra a su local de ensayo ocurre en diciembre de 2008. Y el primer bolo sobre escenario, en enero de 2009 en la sala Totem de Atarrabia. Un año después el grupo debuta con álbum homónimo. Intensidad desde el inicio y buen rendimiento a una carrera marcada por la fusión del jarkore melódico, el ska, el punk... la fórmula que poco a poco ha ido perfilando la banda. Estilos que siguen siendo el soporte del grupo y sus señas de identidad, aunque en este disco “Rude girl” y “Su olatu baten” amplían horizonte con severo acierto.

¿Cómo se compagina la vida cotidiana, la musical y estos nueve años que celebran justamente este mes?

Sobre todo somos ingenieros y profesores, aunque hay alguno que es formador de bomberos y otro que ha solido montar montacargas en Venezuela e Irán (¿Próximo objetivo Korea del Norte?). Entre el trabajo y el grupo, el poco tiempo que nos sobra lo repartimos en otras formaciones musicales (Jokin toca la batería en Nogen) y txarangas y en apuntarnos a carreras y gimnasios que no solemos visitar después. A esto le sumamos la incorporación de nuevos miembros a nuestra familia de Ze Esatek! ya que hemos sido cuatro veces padres. A todo esto le sumamos que nuestro hábitat natural sean las txosnas de fiestas y que siempre encontremos un motivo para la celebración o algún asunto que olvidar. Así que la cabra tira al monte y no nos cuesta nada coger nuestra destartalada furgo y plantarnos en cualquier punto de Euskal Herria. En la furgo y en estos escenarios, nos sentimos como en casa. Bueno, menos Vierbu, que tras todos estos años sigue sin poder conciliar el sueño en la furgo.

Cuentan con Jabi y Mitxus a las voces principales, pero todos en la banda aportan coros, quizá un caso único en un octeto.

No nos engañemos, venimos del barrio y hemos mamado mucho punk. Nos gustan los coros grupales y el barullo. Las voces principales siguen siendo las mismas, las del inicio y, además, son seña distintiva del grupo; pero sí, a todo el que pueda cantar mientras toca se le pone un micro. Más es mejor.

Tanto es así, que todos los colaboradores son vocalistas. Un aporte que es parte consustancial al espíritu de este disco, aunque hayan cuidado las voces desde el inicio del grupo.

Ha sido la apuesta del disco. Hemos simplificado la parte instrumental y nos hemos centrado en las voces. A veces creemos que sabemos cantar y nos hemos puesto a ello. Además hemos podido contar con la ayuda de Onintza, Rakel, Elixabete y Jone, musicazas de Koban que les han dado un color y brillo especial al estribillo de “Su olatu baten”, de Libe (Liv Wallace) en “Rude girl”, de Peio de Skakeitan que nos ha rasgado unas estrofas en ”Ezin badugu amestu” y de Alex Gatibu en “Egunsentia heldu baino lehen”. Estamos contentos con el resultado, hemos llegado a ese rollo de barullo punk, pero sin obstaculizar que hayamos armonizado al estilo de punk rock melódico californiano.

Cabe imaginar que esta parte vocal es de las que más habrá costado cerrar a la hora de dar por concluida cada canción.

No nos hemos quitado de nada. Pistas de voces hay siete mil. Lo que sí hemos tenido en cuenta es procurar que la misma voz no tuviese muchas voces al mismo tiempo. Por eso, en lugar de tener a los cantantes haciendo mil voces al mismo tiempo, hemos incorporado voces de otros miembros del grupo, que tienen una presencia notoria, más allá de los coros grupales en los que canta hasta el apuntador. Creemos que ha sido un acierto, porque le da más sensación de directo.

De guitarras tapando huecos tampoco andan mal y, aun y así, todavía hay planos para la sección de ritmo, los vientos... ¿Es cierto que el responsable de los estudios Higain les quiso dejar las llaves y marcharse a Islandia cuando tocaba mezclar todo eso...?

¡Totalmente cierto! Bueno, se merece una gran caja de bombones. Al haber simplificado la parte instrumental nos ha facilitado el trabajo. Quizá en otros discos sí tuvimos más conflicto en este sentido, pero ahora la parte instrumental la hemos llevado bastante más ordenada. Otro tema han sido las voces, ahí sí que hemos tendido que priorizar. Voces, contracantos, coros, vientos, solos, arreglos... a veces todo no se puede. De todas formas, Haritz en su infinita sabiduría, nos supo guiar y recomendar trucos para conseguir lo que queríamos.

¿Cómo se logra mantener una banda de ocho miembros? Además casi no ha habido cambios, unos cuantos baterías y saxo. O sea, que son un poco familia. ¿Quién paga las rondas?, porque esto sí que es un problema, lo del estudio y las mezclas nada.

Somos un grupo de amigos, para lo bueno y para lo malo. Nos ayudamos, nos abrazamos, nos juntamos para tomar algo. Discutimos, nos odiamos, nos reconciliamos y nos abrazamos de nuevo. El criterio para reclutar a los nuevos miembros es sencillo: que se integren en nuestra manera de entender el proyecto, más que la calidad musical, que también la tienen. Siendo un grupo seudoasambleario, las rondas las pagamos entre todos, ¡no hay ningún skakis! Seudoasambleario, decíamos, porque sí que delegamos algunos trabajos. Por ejemplo, la composición y grabación del disco la han llevado en especial Julen y Jokin, pero de las redes se encargan Vierbu y Esnaola, de diseños Unai, de las fotos Antton… Todos terminamos teniendo alguna responsabilidad.

Si fuera cierto que se ha visto a un miembro del equipo ir por la noche al estudio a subirse su instrumento una vez finalizada la mezcla, ¿quién sería el sospechoso?

Muchos de nosotros volveríamos a grabar alguna parte, más que porque haya quedado mal, porque lo haríamos de otra manera. Pero por suerte los discos tienen fecha de salida y marcan el punto y final del proceso. De lo contrario, creo que nosotros al menos nunca saldríamos del estudio. ¡Siembre habría un coro más que meter!

¿No es su disco más completo? De una parte, porque han grabado un excelente ska, «Rude girl», impecable. De otra, porque «Su olatu baten» es posible que sea su mejor canción global, que arrasa por inspiración, ritmo, ruptura... Y, además, porque el resto del cedé va colmado de potenciales singles.

¿Disco más completo? No sabemos qué responder a eso. De hecho, no sé si nos corresponde a nosotros decirlo, pero lo cierto es que estamos contentos con el resultado. La apuesta fue desde el principio la de un disco corto, en el que pudiéramos dedicarle el amor suficiente a cada canción. Y ha funcionado. «Rude girl» la habíamos trabajado ya para el recopilatorio de Bonberenea, y fue, efectivamente, un guiño al ska más puro, sin ningún tipo de complejos. En el resto del disco hemos buscado la contundencia del punk, con las melodías pegadizas de California. En cuanto a «Su olatu baten», cuando dimos con ella, lo vimos claro. En un principio pudimos tener dudas, porque se salía un poco de lo que habíamos hecho hasta ahora, pero la verdad es que nos ganó y llegó para quedarse.

¿Cómo fue la grabación con Koban? Para nosotros una sorpresa al descubrirlas este verano.

El día que grabaron Koban fue una locura porque había cuatro personas calentando voces y ensayando todo el rato y era como estar en un coro góspel. Muy jarto. Solo palabras bonitas para nuestras y nuestros compañeros de disco. Mención también para Sustrai Colina, que ha escrito tres de las letras, y para Andoni Mujika con una.