Jaime IGLESIAS
ARCO. Feria de Arte Contemporáneo

Las galerías vascas exhiben en arco el vigor del arte de Euskal Herria

La feria de arte contemporáneo más importante de cuantas se celebran en el Estado español (y una de las más destacadas a nivel europeo), abrió ayer sus puertas para profesionales y coleccionistas. Dos son las galerías vascas que han acudido a la cita: la donostiarra Altxerri y la bilbotarra CarrerasMugica.

Con una identidad ya consolidada, ARCO celebra, desde ayer, su trigésimo tercera edición buscando abrir espacios desde los que potenciar su crecimiento. Un crecimiento «no tanto basado en lo cuantitativo como en lo cualitativo», según testimonio de Juan Ignacio García Velilla, director de Altxerri, una de las dos galerías vascas presentes en la Feria. «Por paradójico que pueda resultar, los responsables de ARCO han determinado limitar el número de expositores y reforzar el carácter elitista del evento porque al final no se trata de atraer público sino coleccionistas. En este sentido hoy y mañana son días claves dado que las jornadas para profesionales son las que convocan a aquellos coleccionistas con más potencial económico», comenta García Velilla, quien a su vez apunta que «la otra gran apuesta desde la que ARCO está buscando afianzar su singularidad es la de ser la feria que haga de puente entre Europa y Latinoamérica, por ello no es casual que este año se haya elegido a Colombia como país invitado».

Y es que Latinoamérica es un territorio no sólo fértil en lo referente a la creación artística sino «un mercado emergente para el coleccionismo», según precisa Ignacio Múgica, de la bilbaína CarrerasMugica, la otra galería de Euskal Herria presente en ARCO. «Frente al mercado europeo donde el nombre del artista aún tiene mucho peso a la hora de determinar la compra de una obra, el coleccionista iberoamericano se deja llevar por la emoción o el impacto que le procura la obra en sí. Tiene, en definitiva, una mente mucho más abierta», señala el galerista vizcaino con conocimiento de causa, ya que lleva años acudiendo a ferias como la de São Paulo, o el MACO de México. Para Ignacio Múgica «todas estas ferias tienen un doble componente, por una parte de escaparate, porque la función principal de un galerista es dar visibilidad a tus artistas, y por otra de negocio», algo en lo que coincide el responsable de Altxerri: «Venir a ARCO es importante porque te confiere exclusividad. De un lado los compradores asumen que estás entre las mejores galerías del Estado y que las obras que traes a la feria representan, a su vez, una selección de lo mejor que has expuesto a lo largo del último año. Pero también los propios artistas te valoran más en tanto les das difusión».

Pujanza del arte vasco

Más allá de las certezas que ofrece ARCO como escaparate privilegiado para el arte contemporáneo que se hace en Euskal Herria (del que se nutren ambas galerías y cuyos autores están presentes también en otros stands), a nadie se le escapa que esta feria es, ante todo, una oportunidad de negocio: «Hoy por hoy, el que quiere invertir en arte no va a venir a verme a Donostia, viene directamente a ARCO -comenta García Velilla-. El año pasado hice dos ventas, una al Reina Sofía y otra a Iberdrola que se consumaron aquí». A pesar de eso el galerista reconoce que «el hecho de que las instituciones hayan reducido su presupuesto para la compra de arte ha provocado que el Estado español sea ahora mismo un mercado con poco movimiento». Y si la situación del mercado estatal, según el galerista donostiarra, es mala «en Euskal Herria es aún peor. El apoyo institucional al mercado del arte es mínimo y los pocos coleccionistas privados que hay cuando quieren comprar arte van a Madrid».

Algo en lo que coincide Ignacio Múgica aunque con matices: «Es verdad que las instituciones vascas y nuestros museos podían apoyar de un modo más decidido el arte contemporáneo que se hace en Euskal Herria, pero creo que el coleccionista vasco sí que reconoce y se interesa por nuestros artistas», artistas como Pello Irazu, Sergio Prego, Asier Mendizabal, Jon Mikel Euba o Xabier Salaberria, cuyas obras copan el stand que la galería CarrerasMugica ha dispuesto en ARCO 2015. «Tenemos la suerte de contar una cantera de creadores absolutamente maravillosa y no es algo que diga yo, sino que sus nombres son referencia en ferias internacionales. En Euskal Herria tendríamos que ser más conscientes de lo que eso supone, es algo tan insólito como que el Athletic gane la Liga», comenta Ignacio Múgica entre risas.

Esther Ferrer

Por su parte la galería Altxerri se ha presentado en ARCO 2015 con un stand monográfico dedicado a la obra de Esther Ferrer (Donostia, 1937). «Aunque las ferias te suelen presionar para exponer la obra de uno o dos artistas, a lo sumo, a fin de conferirles visibilidad y no saturar al visitante, para un galerista se trata de una apuesta un poco suicida habida cuenta de que puede generar suspicacias entre el resto de artistas que confían en ti el hecho de que te decantes por uno en concreto. Pero Esther ha formado parte de nuestro catálogo en las últimas ediciones de ARCO y sus obras se han vendido muy bien. Casi se puede decir que es un valor seguro y por eso este año quisimos darnos un capricho. Luego la jugada nos ha salido redonda porque a los pocos meses la dieron el Premio Velázquez, que es como el Cervantes de las artes plásticas, con lo cual el interés hacia su obra se ha visto incrementado», explica García Velilla.

El galerista muestra su orgullo profesional ante el hecho de que «de los siete últimos Premios Nacionales de las Artes Plásticas, cinco hayan sido para artistas que exponían en Altxerri».