Isidoro Berdié Bueno
Profesor en Ciencias de la Educación, Doctor en Historia y Doctor en Filología Inglesa

«Delenda est Carthago». UK Alerta Cobra

Estamos en puertas a una mutación de la cultura occidental; en breve será pieza de museo, guardada en los anaqueles de la Historia, como tantas otras, y habrá que llorarla como se llora a los muertos, porque ya no la volveremos a ver.



150 a.C. Cartago debe ser pulverizada, Catón «El Viejo», senador romano. Parece que en el ISIS hay otro Catón, ora viejo ora joven que piensa lo mismo de Cataluña. Con esos 100 kilos de explosivos, según fuentes policiales, con los que pensaban atentar contra un edificio emblemático, hubiese sido el segundo atentado más grande detrás de las Torres Gemelas.



A Cataluña se le pasaron los buenos años de Roger de Flor y la fiera infantería de los Almogavares, y de Roger de Lauria y su marina, ahora es un país frágil, simple, y sin capacidad de respuesta, que se sostiene sobre un vulnerable trípode: Barça Club, Sagrada Familia y Ayuntamiento, falto uno de esos pies, se hundiría en el profundo mar como un día lo hiciera la mítica Atlantida de la que nos habla Platón. Las fuerzas ofensivas del ISIS conocen estos puntos neurálgicos y los tienen como objetivos a batir, así mismo, las fuerzas defensivas deberían saber fortalecerlos. Analizadas ambas fuerzas, vemos que la lucha es desigual, se trata de la gran diferencia que hay entre unos con preparación militar y contacto con la sangre, otros, políticos, con experiencia en algaradas de manifas y desahucios, y contacto incruento con el terrorismo burocrático y avioncitos de papel, circunscrito al campo de batalla de un despacho. Sí, la lucha es desigual. 



El atentado frustrado de Cataluña es para pensar mucho en él y analizarlo más aún. No se trata de un papirotazo que le das a un niño repelente, sino de cortarle una pierna, la cosa cambia mucho. ¿Era esa pierna la Sagrada Familia de Gaudi, tal como confiesa uno de los agresores detenido? Aquí ya no es la acción de un «lobo solitario» o un suicida que quiere irse acompañado de infieles que le abrirán las puertas a otro mundo prometido mucho mejor, no, aquí ya se trata de un operativo militar y de un plan organizado («network»), que pretende dejar tierra quemada a su paso. No aptos para realizar el ataque al objetivo militar desde el aire, cual se acometió en las Torres Gemelas, en este caso se opta por empotrar tres furgonetas cargadas de explosivos que hubiesen dejado la basílica reducida a escombros y con ellos el alma y orgullo catalán, su tarjeta de identidad que presenta en el extranjero. Colateralmente, el referéndum de 1-O hubiese quedado aparcado en linea muerta «sine die». Lo demás ya es ganga y arena de playa.



Surge la obligada pregunta, ¿lo volverán a intentar de nuevo? El melón ya está abierto. Todo indica que sí. Y Europa debe tomar nota de lo sucedido en Cataluña, ya que es exportable a cualquiera de los puntos emblemáticos de sus ciudades, y que ya los han señalado en el mapa y dado a conocer los agresores, que no hay que constantemente reescribir sino memorizar y no olvidar. 



Según Darwin, las especies que más se reproducen y mas larga vida tienen acaban por imponerse a las demás. Ese es hoy el Islam. Lo sucedido en Charlottesville es el canto del cisne, un último gesto u obra antes de la muerte de ese colectivo blanco supremacista. Los tiempos han cambiado y cambian vertiginosamente en el mundo entero. En estos tiempos, vemos cómo se atenta contra el bien común, se induce a la juventud al alcoholismo, barbarie y drogadicción, en definitiva, al suicidio social, sin que ninguna institución democrática (hipócritas) ni poderes públicos hagan nada por evitarlo.



En el país galo, las cosas no van mejor. El 40% de los delitos los cometen menores, quienes también tienen amenazados de muerte a sus padres. Las autoridades educativas admiten 80.000 agresiones a profesores, la última un escolar de 11 años, que trató de estrangular a su profesora embarazada.

 Quizá nuestra civilización occidental esta agotada y en situación terminal, y el testigo deba pasar a otros. Nos jactamos de haber desmembrado Yugoslavia, derrocado a Sadam y dado muerte al Atila de la CIA en los campos cataláunicos de Tora Bora; pero el caballo de Teodorico (caudillo bárbaro que acabó con el imperio romano de occidente) ya va camino de Roma, para poner fin a nuestra agonía, y Spengler pueda añadir otra mas a su lista de civilizaciones desaparecidas. Estamos en puertas a una mutación de la cultura occidental; en breve será pieza de museo, guardada en los anaqueles de la Historia, como tantas otras, y habrá que llorarla como se llora a los muertos, porque ya no la volveremos a ver.

 

Max Scheler se definía como un ser filosófico y afirmaba que en el hombre había un impulso ciego y una lúcida razón. El diario GARA apostó desde sus inicios por esa lúcida razón y por la «Evolución dialéctica» de Hegel: Una idea inicial entra en contradicción por otra. Esta tensión se anulará en cuanto surja una tercera idea que recoja lo mejor de las dos precedentes. Mas, en la espera a Godot ("En attendant Godot") este nunca llega (Samuel Beckett).

Search