Patxi Zamora
Miembro de Kontuz

Egüés, el mundo al revés

Desde Kontuz! asistimos atónitos al espectáculo que en el caso Egüés ofrece esta democracia, de escasísima calidad, que tantas veces hemos denunciado.

Resulta que el actual alcalde, Alfonso Etxeberria, y la mayoría de los concejales (Geroa Bai, EHBildu, PSN, IE y PP) que intentaron, con la mejor intención y honradez, probar los comportamientos presuntamente irregulares de algunos miembros del anterior equipo de gobierno, se encuentran con peticiones de cárcel «por revelación de secretos» a instancias de una de las personas que fuera acusada de cometer las irregularidades.

Además de mostrar nuestra total solidaridad con el actual alcalde y concejales investigados, desde Kontuz pensamos, por un lado, que podría tratarse de una maniobra jurídica para invalidar las pruebas halladas y, por otro, que según varias de nuestras fuentes, el caso Egüés sería, desde 1996, uno de los casos con más tramas paralelas y negocios multimillonarios de la historia moderna de Navarra. De momento podemos hablar de un alcalde condenado por prevaricación («Iñaki» Galipienzo, elegido por UPN y expulsado del partido) y otro imputado (J. Andía), junto a la concejal de confianza de ambos (C. Potau, elegida por UPN y expulsada del partido), y de otros personajes y empresas de gran relevancia que también se han visto implicados.

Los actuales gestores del Ayuntamiento consiguieron acceder a la información que había en el ordenador que Potau utilizaba (el de la sociedad pública municipal que gestionaba el urbanismo de Sarriguren) y lo hicieron con el propósito de averiguar qué es lo que había ocurrido, porque el ordenador, que debía contener los archivos sobre 50 millones de euros en contrataciones, se encontraba ¡vacío!

Lo que allí descubrieron, lo enviaron directamente al juez demostrando su voluntad de colaborar con los órganos judiciales. Potau, por el contrario, acusa a los ediles y pide cárcel para ellos, por revelar lo encontrado en el ordenador.

La Cámara de Comptos ya se pronunció y habló de irregularidades y de falta de control. Esta situación se ha convertido en endémica por la impunidad reinante y los jao pho locales (cabecillas de las mafias y redes clientelares en Tailandia) no solo se muestran intocables sino que se permiten el lujo de dar lecciones de moral (familia Borbón) y de llevar a los tribunales a los que luchan por una justicia con mayúscula (esta denuncia contra el alcalde de Egüés y varios concejales sería un buen ejemplo).

El viejo adagio de que «el Código Penal es para los pobres y el Código de Comercio para los ricos» se adapta a las actuales circunstancias añadiendo que el primero es para los honrados y el segundo para quienes, con notables influencias políticas y económicas, retuercen la ley hasta el paroxismo.

Kontuz, contra quienes apuestan por una «acumulación por desposesión» en la que «vale todo», va a seguir encomendándose a la batalla ideológica de informar, con datos y argumentos que empujen a la ciudadanía a exigir luz, taquígrafos y responsabilidades a los que gestionan los recursos públicos. Seguimos con el compromiso de investigar prácticas corruptas y poco éticas de los gestores públicos, tanto en éste como en otros casos y de apoyar y solidarizarnos con quienes sufren este «mundo al revés», en este caso, en Egüés.

Un abrazo solidario para Alfonso Etxeberria, Mikel Etxarte, Joseba Orduña, Mikel Bezunartea, Álvaro Carasa, Amaia Etxarte, Alfonso Ucar y Fredi Albero. Os animamos a seguir luchando por la transparencia en la gestión de los recursos públicos y contra cualquier atisbo de comportamiento irregular relacionado con la corrupción.

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