Eva Aranguren, Cecilia Antolín y Peio Gurbindo
Miembros de la Comisión Territorial de EA Navarra

Lista única: fin a la discriminación

Este colectivo profesional tiene derecho a competir en igualdad de condiciones con el resto, en una sola prueba, y por todas las plazas. Exactamente igual que quienes tienen el título de inglés, francés o alemán, a los que ya se aplica la lista única. ¿Por qué no al euskera?

El acceso a la función pública debe regirse por la igualdad, el mérito y la capacidad. Pero en Navarra hay quien defiende que no sea así en Educación, y está poniendo toda la carne en el asador para dificultar que una parte del profesorado pueda concurrir en igualdad de condiciones a las oposiciones.

En eso consiste la llamada lista segregada. Se separa en dos pruebas y en dos listas al profesorado que oposita, y se obliga a los y las euskaldunes a optar, o bien por presentarse solo a una parte de las plazas a las que tiene derecho, o bien a hacer dos pruebas sobre la misma especialidad. Algo que no se hace en ningún otro departamento del Gobierno Foral ni a quien domina otras lenguas, y en ninguna otra comunidad autónoma del Estado. ¿Por qué Navarra is different?

La lista segregada en Educación es una medida discriminatoria y excepcional que se aplica en Navarra desde 1991 al profesorado con C1 de euskera. Son miles las personas perjudicadas por este apartheid lingüístico. Si bien ahora el principal objetivo es quitar competencia al profesorado monolingüe, afectado por la reducción de plazas con perfil solo en castellano derivada de la extensión del PAI, se trata de una discriminación histórica. Por ello, es una paradoja injusta que se pretenda perpetuar la situación, que supone una agresión a los derechos laborales de un colectivo maltratado durante décadas por UPN.

Porque la lista «guetto» para docentes euskaldunes ha sido puntal de la estrategia de los gobiernos de UPN contra el euskera y contra su valoración en el acceso a la administración. Una preocupación que comparte también el PSN, a juzgar por las declaraciones hace unos días de su portavoz en Iruñea, Maite Esporrín. Es necesario y urgente quebrar semejante tributo a la intolerancia. No solo por razones lingüísticas -que también-, sino por equidad y justicia social.

Quienes avalamos el cambio político en Navarra no podemos consentir que se obligue a quien, tras invertir tiempo y esfuerzo, ha obtenido el C1 de euskera, a elegir entre trabajar en el modelo D o en otros modelos o programas (G, PAI, PAF, PAL) para los que también esté capacitado. Este colectivo profesional tiene derecho a competir en igualdad de condiciones con el resto, en una sola prueba, y por todas las plazas. Exactamente igual que quienes tienen el título de inglés, francés o alemán, a los que ya se aplica la lista única. ¿Por qué no al euskera?

No existen soluciones intermedias. Se trata de un derecho laboral básico y de garantizar la igualdad de oportunidades de todas las personas en el acceso a la función pública. De aceptar y defender que el mérito y la capacidad sean los únicos criterios para el ejercicio de la docencia en el sistema público. Y la lista única es la única que lo hace. Las argumentaciones de UPN, PSN, PP e IE en contra son un alegato a la exclusión, una sarta de excusas para justificar la perpetuación de la desigualdad. Es falso e hipócrita el discurso sobre la doble prueba. ¿A quién pretenden engañar hablando de dobles oportunidades cuando la lista única permite optar a todas las plazas en un solo examen?

¿Les parece poco esfuerzo el que se realiza en una oposición? ¿Por qué si es tan justa la lista segregada no se aplica a otras lenguas? Porque es una lógica absurda. ¿Cuántas pruebas debería hacer una persona que tuviera tres títulos de idiomas para optar a todas las plazas a las que tiene derecho, cuatro? La capacitación en una lengua distinta al castellano se acredita mediante los títulos oficiales que deben aportar los y las aspirantes de manera obligatoria para optar a impartir clase en otra lengua, ya sea euskera, inglés, francés, alemán o la que sea. Obligar a duplicar la oposición a los euskaldunes es una infamia. Nos cuesta creer que militantes y simpatizantes de IU y Batzarre que llevan a sus hijas e hijos al modelo D lo secunden. ¿Es lo que quieren para sus hijas e hijos?

En una sociedad que valora cada vez más el aprendizaje de idiomas es ridículo cerrar puertas al euskera. Hoy la mayoría de familias elige opciones educativas multilingües. En parte, también, gracias a la labor del profesorado que cimentó la enseñanza en euskera en Navarra, que defendió, contra viento y marea, que dos lenguas son más que una, y que la segunda facilita el aprendizaje de la tercera. Queremos hacerles un reconocimiento expreso desde estas líneas. Porque, aunque algunos pretendan lo contrario, las lenguas sí abren puertas.

Esa misma sociedad votó hace dos años mayoritariamente un cambio político en Navarra, también en política lingüística. Que algunas fuerzas que lo avalaron se descuelguen ahora para ir de la mano de UPN en este tema es incomprensible. No se entiende que IE defienda con UPN que quien tiene el título de euskera no tiene derecho a optar a todas las plazas públicas en una sola prueba. No se entiende que un partido que se dice de izquierdas vulnere los criterios de igualdad, mérito y capacidad en el acceso a la función pública para privilegiar a una parte del profesorado, y que se oponga a una demanda laboral básica de la mayoría sindical en la Mesa Sectorial y la Mesa General. Todo ello, además, a costa de penalizar el conocimiento.

Son, además, criticables las formas. Se retuerce el procedimiento para imponer por ley una cuestión reglamentaria competencia del Gobierno, se recurre a una vía de urgencia (lectura única) y a una excepcionalidad, la retroactividad, para imponer sí o sí la discriminación. Es obvio que IE actúa supeditada a las redes clientelares de sindicatos del régimen, y que estos están hipotecando su papel como agente del cambio. De lo contrario, no se entiende que se oponga aquí a una fórmula que sus homólogos avalan con normalidad y sin complejos en la CAV, Baleares, Catalunya, Asturias, Valencia o Galicia.

Ante las críticas políticas razonadas, un partido de izquierdas debe estar abierto a la reflexión y no atrincherarse en el victimismo. Por ello instamos a IE a que el próximo día 21 de diciembre en el que se debate y vota la ley discriminatoria del PSN, recapacite como izquierda y reoriente su postura, alineándose con el cambio, con la justicia y con la equidad, vote a favor de poner fin a una discriminación histórica excepcional e injustificada en Navarra, y no traicione el compromiso que adquirió con la mayoría social hace dos años. Una mayoría plural y progresista que quiere construir una Navarra más democrática, más equitativa, pero sobre todo más justa. También para la clase trabajadora euskaldun.

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