Desde la Plataforma Navarra de Salud venimos insistiendo año tras año en la importancia de la Atención Primaria en el sistema sanitario, por eso nos parece una mala noticia que, un año más, para el 2018, solo se le destine un 15% del total del presupuesto sanitario para la misma.

No es un criterio exclusivamente nuestro, la Organización Mundial de la Salud (OMS) insiste en que ese porcentaje debiera ser del 22-25%, notablemente superior al que aquí se le destina, por considerar que la Atención Primaria es la más cercana y la más eficiente. Hoy existen los medios técnicos para incrementar la capacidad resolutiva de la atención primaria, lo que tendría un efecto inmediato e importante en el descenso de las listas de espera de especializada; también el 90% de las urgencias hospitalarias pueden y debieran atenderse en los centros de salud, factores ambos que supondrían una reducción de costes más que considerable.

Naturalmente eso requiere un fortalecimiento de la Atención Primaria, hoy saturada por la atención a demanda, y del trabajo que lleva años desarrollando con pacientes crónicos, atención domiciliaria, educación para la salud, etc.

Este fortalecimiento pasa en primerísimo lugar por el incremento de plantillas, aspecto en el que las direcciones sanitarias llevan años racaneando, pese a que se incrementan las tareas a realizar. Hoy se nos dice que no hay profesionales para sustituciones; hace un año, 89 profesionales interinos se quejaron públicamente de que las contrataciones ofertadas suponían un auténtico maltrato. Fue en balde, no se tomó ninguna medida y, lógicamente, buena parte de ese personal optó por irse a otras comunidades autónomas.

Tampoco existe una política de planificación y mejora. Hace años que se elaboró un “Plan de Mejora de Atención Primaria” que afectaba a todos los estamentos de los centros de salud (admisión, trabajo social, enfermería y medicina), pero no se ha dotado de recursos suficientes para su implantación ni se ha actualizado y adecuado.

La OMS insiste también en el excesivo gasto farmacéutico, que en Navarra ronda el 20% del presupuesto sanitario. Hace meses el Parlamento creó una comisión para estudiar el tema, pero todavía no tenemos ninguna noticia del trabajo realizado ni sabemos si ha llegado a algunas conclusiones. En Atención Primaria llevamos 20 años trabajando con medicamentos genéricos, lo cual significa una disminución importante del gasto.

Pero la sanidad es solo uno de los factores determinantes de la salud y no el más importante. La OMS u otros organismos socio-sanitarios llevan tiempo denunciando que las desigualdades sociales (paro, desahucios, pobreza energética, precariedad extrema y condiciones de trabajo) influyen de manera directa sobre la salud física y mental, haciendo necesaria una mayor dotación sanitaria especifica (salud bucodental, salud mental, Atención Primaria...), pero que nunca será suficiente si no se trabaja simultáneamente por una sociedad justa, igualitaria y garantista.

Recientemente se han producido cambios de personas responsables en la gerencia de Atención Primaria, pero es imprescindible que esos cambios se traduzcan en medidas de cambio: reducción de la interinidad (hoy del 40%), incremento de platilla y sustituciones, reducción del número de cartillas por profesional…

Trabajar con personas en el ámbito de la salud es estimulante, buena parte de los profesionales de los centros de salud lo consideran así y actúan consecuentemente, también creemos que la población así lo percibe, pero se necesita que la administración adopte las medidas para que no se deteriore.

Los centros de salud tienen la capacidad socio-sanitaria para satisfacer buena parte de las necesidades de la población, haciéndolo, además con una utilización más eficaz de recursos. Fortalecer la Atención Primaria significa creer y defender una sanidad digna, pública y universal.