Javier Orcajada Del Castillo

¿De nuevo la burbuja inmobiliaria?

El Gobierno ha sucumbido a la tentación de activar la economía por el procedimiento fácil de fomentar la economía del ladrillo en connivencia con los bancos que ya tienen liquidez gracias a las ayudas ilimitadas de los fondos públicos españoles y comunitarios. Abrir la manguera del crédito fácil para financiar nuevas viviendas, si se tiene en cuenta las que hay aun sin vender y en construcción, supone una oferta desmesurada. Fue la causante de la crisis que se ha llevado por delante todo el tejido productivo del país, por tanto, que el Gobierno busque la arcadia feliz mirando a las inmediatas elecciones, es una irresponsabilidad que pronostica que una nueva crisis nos volverá a devorar. Porque el cambio repentino desde una política de recortes y paro descontrolado, ahora se transforma en optimismo suicida, pues la realidad es que las rebajas de impuestos van a dificultar la recuperación del déficit comprometido con la UE .

Además, toda esta euforia carece de base, pues los 5 millones de parados reales, según estadísticas fiables, no lo están percibiendo y los que lograron trabajo durante el verano, ahora vuelven a la agonía del paro. Es extraño que los bancos no perciban que se ha entrado en una dinámica perversa, que para obtener beneficios en una economía en depresión, se limiten a dar créditos hipotecarios a quienes saben que no os podrán pagar y cuando haya que volver a los desahucios, aunque bien saben que está el gobierno para sanear sus impagados con fondos públicos, pues tienen el «banco malo» y los apoyos providenciales del BCE.

La irresponsabilidad y la facilidad con que los votantes puedan descubrir la verdad muestra que son incompetentes e incapaces de aprovechar la fase expansiva del ciclo para cambiar de modelo económico, con la tentación de una salida fácil a base de devaluar los salarios, permaneciendo felices en fase de deflación desde hace varios años. Conviene perder toda esperanza de que los que ganen las próximas elecciones puedan rectificar tantos errores y carencia de ideas del PP, pues esta dinámica para activar la economía está favorecida por la UE, el BCE y la banca, quien en definitiva fija la política económica. Mientras, el gobierno permanece en primer tiempo del saludo.

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