José Antonio González

El príncipe Felipe

Nos ha jodido el príncipe, con perdón claro esta, y sus declaraciones, ahora va y nos dice como siente él la crisis, esa frente a la que envía un mensaje de aliento, frente a la que invita desechar el derrotismo, a la que hay que enfrentarse con coraje y determinación. Esa crisis a la que seguro ni le ha visto las orejas.
 
Nos ha jodido el príncipe, él que nació con un pan y jabugo bajo el brazo por orden y mando de un golpista y asesino, el mismo que sitúo a este país a la cola de Europa y en la cola seguimos gracias a sus herederos y a los hijos de muchos que se le enfrentaron.
 
A él que por ser hijo de quien es, del mismo que no aclamado pueblo alguno, dicen que tiene el puesto asegurado y bien pagado, muy bien pagado por lo mucho que tratan de ocultarlo.
 
A lo dicho, nos ha jodido el príncipe a todos los que estamos en el paro, a los que no podemos hacer frente a la hipoteca, a los que tenemos que acudir a los comedores sociales, a los que vivimos en la calle y no por voluntad propia, a los que tenemos hijos en edad escolar y no podemos matricularles en ninguna universidad publica, a los muchos que llenamos las colas de espera en los hospitales públicos, aquellos que dependemos de una jubilación que día tras día nos van recortando con muchos y variados impuestos que suben y suben para mantener a tantos y tan variados en su honor y privilegio, el de ser rico y poderoso principalmente.
 
Nos ha jodido Felipe al decirnos que debemos poner de lado el fatalismo y apostar por Europa… y pensar que alguien le ha escrito el discurso y cobra por ello, eso también nos ha jodido.
 
Yo le invitaría al príncipe a vivir con el salario base y sin gastos pagados, a convivir una semana en casa de quien va a ser desahuciado después de años pagando la hipoteca y ayudar, de paso, a embalar sus escasas pertenencias, junto a quien se le acaba el paro, junto a esos padres que después de muchos años de cotización tienen que decirle a sus hijos que no pueden pagarle la universidad porque no les llega ni para final de mes por mas que miran el euro, junto a esos jubilados que van a tener que repartirse las medicinas porque no van a tener para comprar las necesarias… junto a todos aquellos que sufren porque las cosas están como están.
 
Me gustaría que no fuese delito el decir siempre fui republicano aunque nunca conocí republica alguna, que él y los suyos son parte de esto todo que no es sino un esperpéntico desastre, que peor no nos puede ir y que tenemos motivos, entre los que tal vez él, y lo que representa, también sea uno de ellos, para estar hasta los cojones de poner cara de foto y para la foto.
 
Nosotros, los de a pie, no apostamos por Europa o al menos no lo hacemos por la Europa que ahora nos ahoga, que justifica y alienta los recortes de Rajoy aquí y en Grecia los de quien sea, que no apostamos por esta Europa de capitalismo salvaje, de pobres y ricos, muy pobres y muy ricos por cierto, de reyes y súbditos, de no se cuantas velocidades pero si de quienes tienen que empujar siempre y desde donde, nosotros.
 
Al príncipe, el de los gastos pagados, el de las inauguraciones diarias, el de los aplausos obligados, el de sueldo fijo, secreto como todo lo de la corona, el de palacios muchos e impuestos pocos, el del verbo fácil, al menos en su lectura, y entendederas cortas si asume lo que le dictan y dice, el de coches oficiales con chofer incluido, el de copas y medallas, el capitán general con tantas guerras ganadas como doctorados premiados… al príncipe, tan majo él, mejor que se calle y no insulte a quienes como yo pagamos su bienestar por mas republicanos que seamos.

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